Hoy, a punto de cerrar
el cuarto año de gobierno de la 4T, cada día hay más evidencias de los logros en todos los campos de la actividad pública. Impresiona que esos logros se hayan alcanzado, a pesar de haber vivido una crisis sanitaria generalizada y una recesión económica internacional, que han causado grandes dificultades a un gran número de los países, tanto de Europa como de todas las américas.
Efectivamente, contra lo esperado y lo incomprensiblemente deseado por los consorcios mediáticos, en este momento to México se distingue por la habilidad y prestancia con que está sorteando las amenazas que representan la pandemia y sus consecuencias sobre la vida productiva de las naciones.
Entre los grandes logros sorprende la capacidad que ha mostrado la política económica de AMLO para lidiar con la inflación, que de no ser atendida hubiera generado una racha de inestabilidad difícil de controlar. En este caso fueron muchas las medidas que evitaron un daño mayor, pero resulta sorprendente que hayan sido tan oportunas y efectivas. Los límites impuestos al gasto, al dispendio en la administración, a la corrupción y a las prácticas para perdonar el cobro de impuestos a grandes empresas, dieron como resultado un presupuesto federal equilibrado, que lejos de contribuir al desquiciamiento de las finanzas públicas, generó recursos adicionales para impulsar los megaproyectos insignia de la administración federal. A esta altura los analistas más escépticos sobre las capacidades del gobierno de AMLO están asombrados por la habilidad con la que se estableció el subsidio temporal a los energéticos, para cebar el impacto que sobre la inflación ha tenido una fase alcista de las gasolinas y el diésel. Esta acción tuvo un carácter preventivo y temporal, pero ha dado tan buenos resultados que en el verano México reportó uno de los índices más bajos de inflación en el segmento energético.
Esta gestión tan austera, pero a la vez tan dinámica de los dineros del gobierno, ha generado un gran potencial para acumular una nueva reserva de ahorro que ha sido fundamental para ampliar el financiamiento a los programas sociales.
Y justo, aquí encontramos la clave para entender, cómo ahora tenemos un gobierno con una solvencia nunca vista
para impulsar los programas sociales que inciden directamente en la reducción de la pobreza. Aunque en este punto la propaganda negra, que busca nublar los éxitos del gobierno del Presidente, hace
una interpretación dolosa de la información que generan las fuentes oficiales que miden la evolución de la pobreza; los últimos datos demuestran, sin duda alguna, que la proporción y volumen de pobres en México está descendiendo rápidamente, siguiendo un rebote que inició una vez que el control de la pandemia se generalizó en el país.
La semana pasada Coneval, el organismo que diseña y produce el sistema de información que mide la dimensión de la pobreza, publicó el conjunto de indicadores para medir las carencias de las familias mexicanas, la evolución y origen de sus ingresos, concluyendo que la pobreza laboral ya está en franca reducción, que el número y porcentaje de familias que mediante su trabajo no ganan lo suficiente para sufragar el gasto que precisa la compra de artículos básicos, está disminuyendo desde el último trimestre de 2021, recuperando una tendencia que ya se había vivido en 2019 y parte de 2020, justo antes de la pandemia.
Otros indicadores, componentes del indicador de pobreza, como lo es el ingreso laboral per cápita real que nos habla del valor adquisitivo del ingreso personal, está creciendo sistemáticamente, elevándose a niveles jamás observados en tiempos de los gobiernos neoliberales.
Chihuahua es el mejor ejemplo de una comunidad que gracias a las políticas salariales está viviendo desde el 2019 un periodo de expansión económica, acompañado de una mejora sustancial de los ingresos de los trabajadores.
Gracias a ello se han estado reduciendo los índices de pobreza laboral, hasta convertirnos en el cuarto estado con la tasa de pobreza laboral más baja en todo México. No hay duda, tenemos evidencias de que nuestro Presidente está cumpliendo con su promesa de acompañar con sus acciones a los pobres, y entre ellos a los más vulnerables, como en el siguiente artículo continuaré comentándoselos.