Se reúnen la relatora ONU y víctimas
Se han identificado 61 eventos de este tipo en el estado, donde al menos hay 1,703 afectados entre adultos y niños
Un total de 61 eventos de desplazamiento forzado interno se han identificado en Chihuahua, donde al menos las víctimas ascienden a mil 703 personas, entre adultos y niños. Representantes de esas víctimas se reunieron con Cecilia Jiménez-Damary, relatora especial sobre los derechos humanos de los Desplazados Internos de las Naciones Unidas.
“Fue una reunión de mucho dolor, oyó los testimonios, son estremecedores”, señaló el activista Gabino Gómez Escárcega, quien desde hace décadas acompaña a víctimas y familias de desaparición y desplazamiento.
La relatora escuchó atenta y empática la situación, así como las promesas de pacificación en las zonas donde esta problemática crece a consecuencia de la impunidad que impera y la actividad del crimen organizado.
“Dejamos todo atrás, nos despojaron hasta de la ropa, el alimento; quemaron nuestras viviendas y asesinaron a varias personas. Ya no podemos regresar al lugar al cual pertenecemos, ya no es seguro. Hasta el momento no hemos obtenido respuesta del gobierno, no se nos escucha y no se hace nada para que podamos regresar a nuestros hogares. Estamos cansados de cambiar de casa, de trabajo, de no poder pagar la renta. Es necesario que se haga algo para pacificar las zonas serranas”, mencionó una de las personas participantes.
La falta de justicia, la falta de atención humanitaria y el control de los territorios por el crimen organizado fue un reclamo generalizado por parte de las mujeres, quienes relataron su tormentoso proceso, de desplazamiento, robo, rapiña, y pérdida de propiedades, así como la vida de sus seres queridos.
Hay una queja muy generalizada en contra de la Comisión de Atención a Víctimas debido a que no se les reconoce como víctimas y que incluso los apoyos les han sido retirados.
En el estado serían alrededor de mil 703 personas, de las cuales 648 son mujeres, 508 son hombres y 524 niños. Aunque no existe la cantidad exacta de personas en situación de Desplazamiento Forzado Interno (DFI) se estima que en el país existen entre 262,411 y 357,000 personas en condición de desplazamiento forzado interno, de acuerdo a la Secretaría de Gobernación Federal.
Las personas desplazadas se enfrentan a condiciones de discriminación, marginación y precariedad ante la falta de una política pública que responda a la situación en la que se encuentran.
En el encuentro con la relatora, se expresó que muchas de las víctimas son estigmatizadas y criminalizadas por haber sido víctimas de hechos violentos, situación que genera la falsa creencia de que pertenecían a grupos del crimen organizado (mismos que amenazan y obligan a dejar sus hogares). A la par del desplazamiento, se vive con el miedo de que los agresores tomen otras medidas al continuar con la búsqueda de justicia y la restitución de su derecho a vivir en un hogar seguro.
En la reunión, las organizaciones de la sociedad civil que acompañan a las
Los desplazados se enfrentan a condiciones de discriminación, marginación y precariedad ante la falta de una política pública que responda a la situación
familias identificaron que la violencia a la que se enfrentan las comunidades es la tala ilegal, el despojo de tierras para la siembra de amapola y marihuana; así como para proyectos extractivistas; o un simple método de control del territorio; mismo que suele estar ligado a la coaptación de personas jóvenes por el crimen organizado.
Las familias que se ven orilladas a dejar su tierra y buscar refugio, suelen enfrentarse a hechos de violencia extrema, donde la situación les obliga a elegir entre su modo de vida y poder continuar. Además, las mujeres presentan un grado de vulnerabilidad mayor, al recibir amenazas y agresiones más relacionadas a su condición de género, como lo es la violencia sexual.
El DFI es una grave violación a los derechos humanos y es un fenómeno resultante de la violencia extrema que se vive en México, especialmente en los estados del norte como lo es Chihuahua, al no contar con un mecanismo efectivo de atención.