Hace ya algunos años se ha venido analizando
la propuesta de reducir la jornada laboral a cuatro días en lugar de cinco, por la misma cantidad de salario.
Esto daría más tiempo para descansar, hacer un viaje rápido e incluso cumplir con las tareas del hogar y familia. La jornada significa trabajar treinta y dos horas en lugar de cuarenta y ocho. Aunque algunas empresas plantean subir el número de horas a diez por día y así sumar cuarenta en lugar de treinta y dos. La idea detrás del horario reducido es, como lo plantean muchos estudios, es una apuesta por el trabajo flexible que permita aumentar la productividad, la rentabilidad, el bienestar, y un futuro más sustentable.
Algunas ventajas que se visualizan son: el fin de semana puede comenzar la tarde del jueves, o igual la tarde del viernes, pero terminar el lunes, como quieras, un día adicional es una oferta difícil de rechazar, que puede ser aprovechada para dedicar más a la familia, autodesarrollo, descanso, deporte, etc. Mejorando considerablemente la calidad de vida.
Otra ventaja es que pudiera ser más productivo, dado que tienes más tiempo para descansar y hacer las cosas que disfrutas, tendrás la mente despejada. Entre otras cosas, esto permite que te concentres más y, por ende, seas más productivo. Ya existen estudios en diferentes empresas y países donde se ha logrado incrementar la productividad reduciendo el número de horas e implementando medidas productivas.
Las largas jornadas laborales conducen a un cansancio, una enfermedad que afecta tanto la salud mental como física. Cuando tienes este síndrome, comienzas a sentirte agotado y tu compromiso disminuye de forma progresiva. Poco a poco, estarás dando menos y menos de ti en el trabajo. Así, tener un día adicional de descanso puede ayudar a liberar los niveles de estrés, y en lugar de centrarte en éste, cumplir con tus responsabilidades.
También, algunas de las desventajas; definitivamente este esquema de reducción de jornada no es para toda clase de empresas, ni tipo de trabajo. Para algunos empleados puede resultar estresante, ya que tienen menos tiempo para cumplir con sus deberes.
Podría aumentar los costos de las empresas. Esto se debe a que los proyectos podrían alargarse.
El esquema propuesto es una tendencia para personas, tipos de trabajo y empresas, que tarde o temprano va a ocurrir, como ya está ocurriendo en varias partes del mundo, donde a través de la reducción se ha mejorado la calidad de vida de los trabajadores y logran mayor productividad, más apego, incremento de creatividad, pero sobre todo un esquema de vida más integral.
Y probablemente surjan, nuevamente, los cuestionamientos de ¿para qué trabajamos? Muchas de las generaciones desde la implementación de las jornadas laborales largas piensan que entre más trabajan, más ganan y tienen la esperanza de que podrán tener una etapa donde “disfrutarán” del tiempo, los ahorros, los retiros. Las nuevas generaciones se están dando cuenta de que la vida se debe disfrutar aquí y ahora. Que son pocos los que logran esa mejora en las últimas etapas de la vida y realmente todos los que ”sacrificaron” muchos años con jornadas largas, no logran disfrutar los mejores años de su vida con una mejor calidad de vida. La flexibilidad, la productividad y avanzar la vida disfrutando de ella, han sido también factores donde la jornada reducida es una alternativa para vivir y disfrutar el aquí y el ahora. Definitivamente la reducción a jornada de cuatro días puede ser, una solución integral para ciertas personas, ciertas empresas, ciertos países. Vale la pena probar y con esto habremos dado un paso a un sentido de vida, a un disfrutar los años, a mejorar lo que se conoce como calidad de vida.