El derecho a un ambiente sano y adecuado
se consagra en el artículo 4° constitucional y esto se ejecuta o materializa a través de políticas públicas, las políticas públicas mediante el presupuesto público y por lo tanto, hasta donde éste alcance y hasta donde la voluntad política lo permita… y es aquí donde la articulación entre juventud y participaciòn ciudadana puede y debe hacerse presente; creo firmemente en el poder que tiene la sociedad organizada y la juventud.
En el país hay poco más de 30 millones de mexicanos jóvenes, esto representa que casi una cuarta parte de la población viene a romper paradigmas con fuerza, voz y voto y sobre todo en el ámbito de lo relativo a la protección y conservación de los sistemas ambientales; si a esto agregamos que otro tercio de la población lo representan las niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, pues queda en evidencia que este cambio de paradigma es más que imparable; basta que nos demos el tiempo de charlar con algún niño o algún joven y nos daremos cuenta de la percepción que tienen con respecto a los recursos naturales y el aprovechamiento de los mismos para comprobar que sí traen otro “chip”..
La participación ciudadana es un componente clave cuando hablamos de sociedades maduras y responsables, sociedades que son copartícipes de un correcto ejercicio presupuestal y una buena aplicación y seguimiento de las políticas públicas; sociedades que se preocupan y se ocupan no únicamente de ejercer un voto, sino de acompañar en la administración de los recursos a los gobiernos con la intención de verificar y asegurar una correcta aplicación de los mismos en beneficio de la comunidad, en pro de abonar al bien común, entendiendo por bien común como la generación del conjunto de condiciones que permiten al ser humano desarrollarse plenamente en todos los aspectos de su vida y no como el bien de algún grupo o de algunas personas o como el bien de la mayoría.
Podemos ver en el plano internacional movimientos liderados por juventudes
Podemos ver
en el plano internacional movimientos liderados por juventudes con un rotundo impacto en las políticas de los países y con una actuación imparable
con un rotundo impacto en las políticas de los países y con una actuación imparable, esto nos muestra la posibilidad del cambio en la gestión pública de los asuntos ambientales en el país y cómo con esa decidida y determinada participación, los asuntos públicos pueden cambiar su ruta y reorientarse hacia la promoción de esa tan anhelada sostenibilidad, hacia esa producción donde se facilite el equilibrio entre lo ambiental, lo social y lo económico.
Con gran alegría y esperanza empiezo a vislumbrar el cambio en la política ambiental, al ver cómo los jóvenes se van involucrando de manera activa, participativa y propositiva en estas áreas y en estos temas de interés común; veo un escenario en el que, en esa etapa de la vida, donde los ideales y los sueños están presentes, así como la capacidad de una lucha más intelectual y congruente con sus principios, abre la brecha hacia el impulso de políticas públicas de sostenibilidad y por consecuencia hacia lograr mecanismos que garanticen una mejor y mayor calidad de vida.