Complicado que Sedena controle la GN
En los últimos días ha habido varios temas relevantes en el entorno nacional en los que es importante que la sociedad civil nos involucremos, primero en el seguimiento y, en su caso, en la definición de posturas y estrategias que hagan valer nuestra perspectiva.
Uno de estos temas es el relativo a la Guardia Nacional (GN). Desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) hacemos un llamado a los senadores de la República para que en un diálogo abierto, transparente y responsable, escuchando todas las voces y atendiendo todas las preocupaciones analicen a fondo la iniciativa que pretende otorgar el control de la GN a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Es lamentable que en la Cámara de Diputados se haya llevado a cabo una aprobación “fast track” de la propuesta, puesto que es un tema trascendental para la vida institucional, legal, social y democrática del país, que requiere un análisis minucioso y una amplia discusión por parte de los legisladores.
Desde Coparmex tenemos claro que al no tratarse de una iniciativa preferente con plazos establecidos para su dictaminación y votación, no hay prisa para avanzar en la aprobación de lo que puede considerarse como una maniobra para dar la vuelta a una reforma constitucional que no cuenta ni contaría con el respaldo de la mayoría calificada.
En ese sentido, desde Coparmex consideramos que de darse la aprobación también en el Senado, el curso que seguiría la iniciativa sería el de las impugnaciones por su evidente inconstitucionalidad.
Más aún, en Coparmex estamos convencidos que para frenar la escalada de violencia que vive nuestro país, una respuesta administrativa no es la solución, y por ello reiteramos la necesidad de que exista una verdadera estrategia, centrada en darle a las familias la seguridad que por derecho les corresponde.
Creemos que ni la Guardia Nacional ni las Fuerzas Armadas deben ser consideradas el pilar para devolver la tranquilidad a las calles, sino que deben ser las corporaciones policiacas, civiles, municipal y estatal, quienes desempeñen esta tarea.
La función de la Federación no debe ser la de suplantar el rol de las policías locales, sino que debe complementar en el ámbito de sus competencias, las labores que éstas desempeñen. Militarizar las corporaciones no es la solución a la inseguridad; es un grave riesgo para el país y la democracia.
Desde nuestra Confederación insistimos en que la construcción de la paz se debe dar desde la adecuada coordinación entre las fuerzas del orden, la prevención del delito, la procuración de justicia y la participación ciudadana.
Nos preocupa que desde el gobierno federal se considere esta medida administrativa como la solución al grave clima de violencia e inseguridad que vivimos en el país, en lugar de replantear su estrategia de “abrazos no balazos”, la cual es claramente fallida y no vemos la más mínima voluntad de autocrítica y corrección de rumbo.