Cómo olvidar aquellos
ayeres en los que el titular del Ejecutivo gobernaba desde su comodidad en Los Pinos, rodeado de lujos y de “gente importante”. Para ese círculo era impensable la idea de ir a conocer las regiones más apartadas, donde los habitantes han carecido de lo más básico para vivir dignamente: energía eléctrica, agua, servicios médicos, escuelas, zapatos, tres comidas al día.
Ysi el Presidente no se paraba por allá, menos sus subalternos. El país estuvo tan abandonado a su suerte que diversos puntos del territorio, donde se concentraba en mayor medida el rezago social, fueron el nido ideal para el crimen organizado, sumando a sus filas a quienes, por falta de oportunidades, encontraban en el narcotráfico una salida. El presidente López Obrador ha hecho el compromiso con 13 municipios de la sierra de Chihuahua y Sonora para que cada tres meses se reúnan autoridades municipales, funcionarios del gobierno y él mismo a fin de evaluar el avance de los programas sociales, mismos que poco a poco han empezado a consolidarse y a cambiar la vida de miles de personas en esa región, donde cada familia tiene uno o hasta dos apoyos.
En la más reciente evaluación fue notable y satisfactorio el cambio que el pueblo de la sierra está viviendo. Con una inversión de 643 millones de pesos, se han beneficiado 9 mil 305 estudiantes con becas del nivel básico; 2 mil 207, del nivel medio superior y 235 de nivel superior; así como a 308 jóvenes que participan en Jóvenes Construyendo el Futuro, trabajando como aprendices y recibiendo un salario mínimo que ha ido en aumento. Asimismo, 8 mil 615 adultos mayores son favorecidos con una pensión que de aquí al final del sexenio irá en aumento hasta duplicar su monto inicial.
Otros programas como La Escuela es Nuestra, la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad, Programa para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, atienden las necesidades más sentidas de las familias.
También, las y los campesinos han sido prioridad fundamental, pues, se ha buscado que con su valiosa labor México sea capaz de producir los alimentos que se consumen en nuestro territorio dejando de importar del extranjero, pues ha sido precisamente esa dependencia de las importaciones lo que ha encarecido las semillas que hace décadas se sembraban aquí. Las y los agricultores, en su mayoría indígenas, se han inscrito en el Programa
de Producción para el Bienestar donde pueden obtener créditos, precios de garantía, fertilizantes de manera gratuita, asistencia técnica y organización económica. Además, el Programa Sembrando Vida está impulsando a 3 mil 82 beneficiarios de la región. Acciones como esta no sólo fortalecen la economía a nivel local, sino que a nivel nacional ayudan a controlar la inflación y la carestía. Aún falta mucho por hacer, el Plan de Infraestructura Carretera conectará más a las dos entidades, también permitirá la llegada de inversión que, a su vez, se traduce en generación de empleos; el Plan de Desarrollo Energético permitirá que se genere energía en plantas solares y que la explotación del litio propicie el desarrollo de la región. Es evidente que lo que el gobierno federal devuelve al pueblo no son dádivas como nuestros opositores se han empecinado en decir, se trata de una redistribución justa de lo que durante mucho tiempo se quedaba en manos de unos cuantos y con lo que hoy alcanza para darle oportunidad a miles de personas de la sierra de Chihuahua y Sonora, que tanto han dado al país cultural, económica y socialmente.
Como bien ha dicho nuestro Presidente: “Hacer política es tener la oportunidad de demostrar nuestro amor al prójimo”, por lo que constituye un deber, no sólo constitucional, sino también moral, atender de manera directa las necesidades de las y los mexicanos para que nadie se quede atrás y se recupere el derecho a vivir plenamente.
Pronto, volveremos a recibir a nuestro Presidente en el estado grande de la nación, y seguiremos siendo testigos de su inquebrantable compromiso de voltear a ver a quienes nunca habían recibido un minuto de atención del gobierno federal. Y lo mejor, lo seguirá haciendo él personalmente, sin intermediarios, dando la cara con la frente en alto, sin refugiarse de la prensa, de las críticas y de los cuestionamientos. La preciosa paz que deja una conciencia clara y tranquila y con la certeza de haberlo dado todo.