Escasean las vacunas pediátricas
Por la falta de biológicos en los centros de salud, los padres deben adquirirlas en el sector privado
CUERNAVACA. En Morelos sólo cuatro de cada 10 menores de cinco años de edad cuentan con vacunas del cuadro básico (39 por ciento). Según el más reciente censo poblacional, en la entidad hay poco más de 177 mil niñas y niños de cero a cinco años, por lo que alrededor de 108 mil 100 no están protegidos por completo o tienen sólo uno o dos antígenos que contempla el cuadro básico.
El esquema de vacunación incluye siete vacunas que deben ser aplicadas entre el día 1 de nacido hasta los cinco años. La vacuna BCG que protege contra tuberculosis se aplica al nacer y es una dosis única, aunque también las autoridades sanitarias aprueban que sea aplicada durante el primer año de vida. Hepatitis B también se aplica al nacer y contempla refuerzos a los dos y seis meses de vida. Para la Pentavalente –que protege contra difteria, tosferina, tétanos, poliomelitis e infecciones por influenza tipo B– se consideran cuatro dosis a los dos, cuatro, seis y 18 meses de nacido.
DPT –para prevenir enfermedades como difteria, tosferina y tétanos– es un refuerzo a los cuatro años de edad. En tanto que la vacuna contra el rotavirus se aplica en menores de dos meses de nacidos y un refuerzo a los cuatro meses.
Neumocócica conjugada, que protege contra neumococo, se debe aplicar en los primeros dos meses de vida y luego un refuerzo a los cuatro meses. Y finalmente la SRP, que protege contra sarampión, rubéola y parotiditis, se aplica al año de nacido y el refuerzo a los seis.
Si una familia busca completar el cuadro básico de vacunación de sus hijos tendría que desembolsar en el sector privado de cuatro a cinco mil pesos, aseguró María del Carmen Espinosa Sotero, infectóloga pediatra del Hospital General de México, quien compartió que en el país la brecha de menores que no cumplen su esquema de protección se agravó.
La especialista recordó que, producto de la pandemia, a nivel mundial hubo escasez de vacunas y eso generó que países como México no pudieran proteger a los menores. El porcentaje de niñas y niños vacunados cayó en dos años 50 por ciento al tener como única opción la vacunación en el sector público.