Lo inverosímil de la fatalidad

ocurrida el pasado 7 de septiembre en Villa Ahumada se presentó cuando un tractocamión ingresó al pueblo, con su conductor drogado, a exceso de velocidad arrollando a su paso a vendedores de burritos y clientes, cegando la vida de 10 personas y 26 heridos, es sin duda la permanencia indebida de años de su cruce vial por la comunidad “donde la carretera está disfrazada de calle”. Pareciera una novela negra de Edgar Allan Poe, que sólo esa sangrienta fatalidad faltaba para vestir de luto a un pueblo, corroído por una atmósfera asfixiante de violencia, inseguridad y corrupción.

Fue precisamente lo que le comenté en el otoño de 2011 al entonces alcalde, Fernando Vázquez: “Que el transporte de carga debería desviarse por la calle paralela”. No solamente eso, sino que el cruce de trenes de carga de la empresa Ferromex a 50 kms por hora, con un impulso de arrastre de más de 4,000 toneladas que con estridente ruido recorre sin piedad el poblado. Ofreciéndole entonces mi colaboración; gestionamos (con su positividad) ante Ferromex en oficinas centrales, disminuir la velocidad, pero además, que cediera en comodato parte de la concesión de la SCT sobre el derecho de vía.

Fue un largo y tortuoso proceso que finalmente se logró, como también el compromiso del gobierno estatal en 2012 para invertir 34.7 millones de pesos en ampliar la avenida principal a cinco carriles, con desviación del transporte pesado, la instalación de banquetas, luminarias, ocho vibradores, dos rampas de frenado de emergencia, jardines lineales, etc.

Todo ello bajo un proyecto arquitectónico que elaboró la SDUE del estado y Ferromex, sumado al compromiso de los locatarios de mejorar sus fachadas con una identidad arquitectónica “tradicional”, que daría a la comunidad distinta fisonomía y captaría más minutos a viajeros en tránsito.

Parecía que todo esto avanzaría sin problema, pero la administración municipal 2013-2016 desmanteló inexplicablemente este sueño. Pronto la reflexión se vino a nuestra mente al comprender que cada cultura política de la autoridad municipal articula sus propios intereses y formas de rechazo que optan por conservar viejos vicios en una simulada participación ciudadana

Se logró

entonces el compromiso del gobierno estatal en 2012 para invertir 34.7 millones de pesos en ampliar la avenida principal a cinco carriles, con desviación del transporte pesado, la instalación de banquetas, luminarias, ocho vibradores, dos rampas de frenado de emergencia, jardines lineales, etc

con nulos resultados, es decir, no desean cambios de su comunidad. Lo sucedido en Villa Ahumada lo advertí varias veces como un riesgo inminente. De igual forma he comentado y seguiré haciéndolo que es factible en un solo mes, regular la velocidad “legal” de todos los automotores en las autopistas de Chihuahua, sin la asistencia de un solo policía, ni retenes, ni videocámaras, sino a través de un “sencillo” sistema electrónico de bajísimo costo que evitaría muertos, lesionados y pérdida de patrimonios.

Pareciera una asociación con la impunidad y el desorden que por años ha imperado en Villa Ahumada, calles y fachadas desastrosas. De una población de 14,635 (INEGI 2020) por fortuna existen 662 empleos directos e indirectos en el comercio alimentario y prestación de servicios (burritos, asaderos, quesos, tortillas, café, dulces y refrescos). La tradición hospitalaria no puede claudicar por errores de algunos munícipes. La herida está abierta, hay que cerrarla.