El Heraldo de Chihuahua

Durante el discurso

- Periodista. Analista Político pppizarro0­3@gmial.com

del proceso histórico de la Independen­cia nacional, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, para sorpresa de miles de ciudadanos que acudieron, abordó también detener la guerra y acordar la paz de Rusia y Ucrania durante un periodo de cinco años, con el apoyo de la ONU que, a principios de agosto, difundió era incompeten­te.

Anunció que en los próximos días el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, entregará a la Asamblea General de las Naciones Unidas, una propuesta de una “tregua” de ambas naciones. Ipso facto, el asesor del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, comentó en su Twitter, que la propuesta referida era “rusa” y que “el Ejecutivo federal” usa la guerra para su beneficio político.

Textualmen­te señaló: “¿Los ‘pacificado­res’ que usan la guerra como tema para sus propias relaciones públicas sólo causarán sorpresa” y cuestionó si su plan “es mantener a millones bajo ocupación, aumentar el número de entierros masivos y dar tiempo a Rusia para renovar las reservas antes de la próxima ofensiva?” entonces su “plan” es un plan ruso?, adujo.

Ignoro si el presidente de México hizo eco de ese pronunciam­iento del asesor de su homólogo ucraniano.

Dijo durante su mensaje: “Más reprobable aún es el proceder de las grandes potencias que de manera explícita y silenciosa se posicionan ante el conflicto sólo para servir sus intereses hegemónico­s”.

Y agregó. “Por eso no puede evitarse la sospecha de que, aunque parezca perverso e increíble, esta guerra, como muchas otras, está siendo azuzada por los intereses de la industria bélica. La invasión de Rusia a Ucrania es sin duda, reprobable”, texto que, desde mi punto de vista, es incongruen­te, máximo, cuando difunde que “No aceptamos ninguna intervenci­ón extranjera”.

La guerra entre Rusia y Ucrania no es bipolar, sino multipolar. Forma parte de ello Estados Unidos, que aporta miles de millones de dólares del armamento que aporta a Ucrania; la mayoría de los países europeos están en crisis de los hidrocarbu­ros, gas y electricid­ad que importaban de Rusia, como es de conocimien­to público.

Hace siete meses, el presidente lo dijo: “Está el mundo como para acordar entre todos los pueblos, las naciones, una tregua que cese la guerra, la confrontac­ión, las provocacio­nes, que las cosas pueden como están, que se detengan los enfrentami­entos, en especial la guerra de Rusia y Ucrania”. Reitero una vez más.

La guerra entre Rusia y Ucrania no es la única confrontac­ión militar del planeta. Hay por lo menos otras 10 guerras desde 2022: la de Yemen; Israel y Palestina; el Estado Islámico; Afganistán. Los datos de la ONU como siempre lo oculta sin que le importe el sufrimient­o que infligen a la humanidad. La crisis humanitari­a en ciernes no depende sólo de la pandemia y la hambruna, sino también de las guerras y de los poderes hegemónico­s.

Concluyo una vez más. Veremos y diremos si la ONU acepta la tregua global de los conflictos de la guerra y el comercio, el sistema financiero, la productivi­dad del sistema económico, la inflación de las naciones hegemónica­s de los diversos continente­s del planeta en agudas crisis de la especie humana y el cambio climático.

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