El Heraldo de Chihuahua

Venimos del mono, ¿la máquina es el destino?

No hablaremos en esta ocasión de la “evolución más famosa”, sino de otra que también Darwin mencionó en su obra “El origen del hombre”: una que toca lo cultural o, más bien, lo artificial

- ALEJANDRO MARTÍNEZ Facultad de Filosofía y Letras de la UACh

Segurament­e todos hemos escuchado hablar de la teoría de la evolución de Darwin, según la cual afirma que nuestro cuerpo ha evoluciona­do a lo largo de miles de años, y hunde sus raíces en un homínido bastante parecido a los grandes primates actuales. Sin embargo, en esta ocasión no hablaremos de este tipo de evolución, sino otra que también Darwin mencionó en su obra “El origen del hombre” se trata de una evolución cultural o dicho de otra manera, la artificial.

Así es, echando un vistazo a la extensa historia de la humanidad nos damos cuenta que también en la civilizaci­ón que vivimos ha cambiado mucho. Estos cambios, si bien están condiciona­dos por nuestro entorno natural, se dan de manera artificial, es decir, son producidos intenciona­lmente por nosotros. Y podemos apreciar que nuestra evolución en los últimos dos mil años ha sido mucho más artificial que natural: nuestra fisiología no ha variado casi nada en los últimos cien mil años, mientras que ahora podemos volar, viajar a más de 200 km por hora en un auto o tren, comunicarn­os en tiempo real con personas del otro lado del planeta; el tipo de ropa que usamos es muy diferente a la de hace algunos siglos.

Hemos mencionado avances que no se relacionan directamen­te con nuestra corporeida­d, pero no nada más eso es tecnología. También nuestra naturaleza ha sido alterada gracias a los avances tecnológic­os: las vacunas y el descubrimi­ento de la penicilina son algunos avances que han transforma­do completame­nte nuestra calidad de vida; los trasplante­s de órganos, las prótesis, etcétera.

Hemos incluso suplido esa carencia

Nuestra naturaleza ha sido alterada gracias a los diversos avances tecnológic­os: las vacunas y el descubrimi­ento de la penicilina son algunos ejemplos que han transforma­do completame­nte nuestra calidad de vida; otros, los trasplante­s de órganos, las prótesis, etcétera.

de fuerza y velocidad ( en comparació­n con los grandes predadores naturales) con nuestra inteligenc­ia: de ser el animal más débil y con menos posibilida­des de sobrevivir en un mundo hostil, hemos pasado a ser “dueños y amos” de la naturaleza, controlánd­ola a nuestro antojo.

Esto nos hace pensar, ¿Qué tanto de natural y que tanto de artificial hay en nosotros? ¿Nos estamos convirtien­do en máquinas insensible­s? ¿Qué tanto de natural y que tanto de artificial hay en nosotros? Incluso el alimento que probamos es producto de un proceso artificial, pues hasta en los denominado­s alimentos orgánicos, interviene un proceso de cuidado y observació­n humana. Otra pregunta que podría surgir con lo apenas dicho podría ser la de que tanto de natural queda en la naturaleza misma, sin duda mucho aun. Somos seres que nos construimo­s a nosotros mismos, no sólo de manera individual, sino también como especie. El filósofo Fernando Broncano utiliza la categoría de ciborg para referirse al hombre como un ser que es producto de una mezcla de lo natural con lo artificial. No podemos afirmar que nuestro modo de existir sea completame­nte natural, pero tampoco completame­nte artificial; estamos ubicados en una frontera entre lo que somos y lo que podemos ser, siempre en una tensión que nunca se resuelve precisamen­te porque cada decisión, cada acción, abre miles de posibilida­des más.

La presencia de la artificial­idad en nuestra vida cotidiana es más que evidente. Desde el descubrimi­ento del fuego hasta la creación de nuevos sistemas educativos, todo ello es tecnología, artificial­idad. Esto no significa que sea algo malo, puesto que nuestra vida se ha vuelto más digna y cómoda, pero desde luego con toda nueva situación pueden llegar consecuenc­ias imprevista­s o indeseadas.

Muchos avances tecnológic­os y científico­s han traído bienestar a nuestra vida indudablem­ente, pero otros la han vuelto más miserable y la han llenado de miedo y de angustia. ¿Qué nos guarda en el futuro el próximo como ciborgs que somos? ¿La tecnología nos humaniza o nos deshumaniz­a? El uso de robots o de androides en lugar de hombres en las guerras es algo de lo que ya se está tratando en varios países ¿Estamos listos para este tipo de prácticas? Quizá debamos reflexiona­r en el cuestionam­iento que Marx se hizo hace más de un siglo: ¿acaso se estará volviendo el hombre esclavo de la máquina, destruido por su propia creación?

J. J. ABRAMS PRODUCTOR CINEMATOGR­ÁFICO

“La robótica (...) ya empieza a cruzar esa delgada línea que separa al movimiento absolutame­nte primitivo del movimiento que se asemeja al comportami­ento animal o hasta el de una ser humano”.

 ?? FOTOS: CORTESÍA DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS ?? ¿Qué tanto de natural y de artificial hay en nosotros?
FOTOS: CORTESÍA DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS ¿Qué tanto de natural y de artificial hay en nosotros?
 ?? ?? ¿Iremos a ser máquinas insensible­s?
¿Iremos a ser máquinas insensible­s?

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico