El Tratado Internacional de Aguas de
1944 entre México y EU para regular el uso y aprovechamiento de las aguas internacionales de los ríos Bravo, Colorado y Tijuana, establece que México se queda con dos tercios de la corriente principal del río Bravo y cede el resto a EU, que no podrá ser menor de 432 Mm3 anuales y EU a su vez cede a México cada año 1,850 Mm3 del río Colorado.
La mayor parte del agua citada la aporta el estado de Chihuahua con un promedio anual de 459 Mm3 del río Conchos, pero cada vez es más difícil, porque han disminuido las lluvias por el cambio climático y la deforestación en la Sierra Tarahumara, existe un crecimiento desmedido de la frontera agrícola y hay una falta de gobernanza en toda la cuenca ya citada.
Hay la intención del Consejo de Cuenca de autorizar un Reglamento y un Modelo Matemático que pretende modificar el marco jurídico actual de la Ley de Aguas Nacionales y extraer las aguas concesionadas de las presas de Chihuahua. A lo cual los chihuahuenses nos hemos opuesto firmemente.
Urge brindar una justa retribución en favor de las comunidades que entregan el agua, mediante el razonable establecimiento de un porcentaje que contribuya a la generación de acciones que les permitan conservar y ampliar las posibilidades de utilización del propio recurso natural. Existe la cruel contradicción que muchas comunidades sobre todo indígenas ven pasar el vital líquido, sin contar con el acceso al agua potable y saneamiento, que ya es un derecho universal.
Es por lo anterior que se necesita la creación de un Fondo Hídrico para el desarrollo de estados y municipios aportantes a tratados internacionales con el propósito de dotarlos de los recursos económicos necesarios, que les permitan: generar las condiciones ideales de previsión, de infraestructura,
indispensables para cumplir con los compromisos internacionales, brindando además un medio de compensación.
Con este instrumento, se lograría la justa optimización de los recursos hídricos, traducida en: reforestación urgente en la Sierra Tarahumara, y a lo largo de los cauces de los ríos, obras de conservación, de abastecimiento de agua potable y de saneamiento para la población; así como una mayor eficacia en su cuidado, almacenamiento, distribución, uso y aprovechamiento, como son las tan necesarias presas Villalba y del Pegüis Chico.
Esta iniciativa en un esfuerzo conjunto de la Federación, por medio de Conagua, los gobiernos de los estados de Chihuahua y Coahuila y los usuarios de riego, permitirá beneficiar a las 14 ciudades ribereñas, de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas que necesitan agua del Bravo y sobre todo a los distritos de riego de Tamaulipas que han sufrido la falta de agua al igual que los de Chihuahua.
Esta propuesta coadyuva a los esfuerzos que ha hecho la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, para solucionar estos problemas.
Como podemos ver, siempre será más fácil prevenir y atacar los problemas en su origen, cuando existen controversias entre nosotros, los mexicanos, que tratar de resolverlos con enfrentamientos. “Todo por la razón, nada por la fuerza”.