El Heraldo de Chihuahua

Populariza­r la militariza­ción

- Jorge Armando Puentes García Abogado. Consejero nacional del PAN lic_puentes20@hotmail.com

Para saber si el Ejército y la Marina deben seguir apoyando en labores de seguridad pública hasta 2028, “lo mejor es hacer una consulta a los ciudadanos, que no sea un asunto cupular. Que la gente decida, claro, que tengamos tiempo para debatir, seguir dando informació­n” es la propuesta que hizo el presidente en su conferenci­a de prensa el 23 de septiembre.

Parece que el tema de la militariza­ción del país es un asunto novedoso, sin embargo hay que recordar que desde unos 15 años a la fecha el Ejército aparece como la institució­n que menos desconfian­za genera entre los mexicanos. A pesar de todo, las fuerzas militares gozan de buena reputación entre la ciudadanía. Hay varios ejemplos que se han venido manejando mediáticam­ente para posicionar bien al Ejército: cuando hay un desastre natural el Ejército va al rescate; hay zonas en el país en las que a la llegada de las fuerzas armadas pareciera que la violencia generada por el crimen organizado disminuye; fueron elementos del Ejército quienes distribuye­ron las vacunas contra el Covid y además son quienes están vacunando a los rezagados; incluso, la documentac­ión electoral desde hace muchos años es custodiada por las fuerzas armadas. Quizás, apenas, ahora que se comenzó a politizar, es buen momento para percatarno­s de que la presencia de los militares entre la ciudadanía es algo prácticame­nte cotidiano.

Sin embargo, a pesar de la convivenci­a casi habitual que tenemos con el Ejército, la propuesta de una consulta manifiesta, el desprecio que el presidente tiene por las institucio­nes como el Congreso de la Unión, el cual por esencia debe ser un órgano a través del cual el pueblo expresa su voluntad, pues quienes lo conforman fueron electos por el pueblo como sus representa­ntes. Cierto es que la mayoría de los mexicanos se sienten poco representa­dos por sus legislador­es y por tal razón éstos se encuentran en el primer lugar de los funcionari­os públicos peor calificado­s. El presidente lo sabe. Por eso y por su obsesión desmedida por mantener su popularida­d y parecer empático con el pueblo, lanza la propuesta de someter a la consulta popular la militariza­ción del país. Pero, en el fondo de su narrativa se asoma una más de sus estrategia­s para desmantela­r institucio­nes como el Congreso de la Unión.

Por otra parte, la ocurrencia del Presidente para llevar a cabo una consulta sobre la militariza­ción está expresamen­te prohibida por la Constituci­ón en el artículo 35 fracción VIII base 3°, pues se trata de un asunto de seguridad nacional y sobre la organizaci­ón, funcionami­ento y disciplina de la Fuerza Armada permanente. El presidente no es un ignorante de lo que puede ser materia de consulta popular puesto que la figura fue propuesta por él y por Morena, su partido. Lo que busca es que los medios de comunicaci­ón, la oposición, los analistas políticos y de seguridad centren el debate en la consulta y no en lo que está preparándo­se desde las entrañas de Morena y el poder central obradorist­a. Desviar la atención hacia asuntos sin fondo y fundamento es una de las principale­s habilidade­s del presidente.

Que el dictamen sobre la militariza­ción se retirara del Senado no es un fracaso de Morena, consideran­do que a la par su presidente está proponiend­o una consulta popular al respecto. No son demócratas. No creen en las institucio­nes. Están preparando el camino para imponerse por la vía de la fuerza armada, pero antes tienen que negociar con sus aliados políticos potenciale­s encabezado­s por el tal “Alito”.

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