Sin ánimo votan por reformas liberales

LA HABANA. Los cubanos votaron un paquete de medidas que pondría fin a la cultura "machista" de la isla y legalizaría el matrimonio entre parejas del mismo sexo y permetiría que éstas adopten menores de edad, cuando el país se enfrenta a una crisis económica cada vez más profunda.

Cuba cerró los colegios electorales del referendo sobre el Código de Familias, una avanzada legislación, que fue objeto de una intensa campaña a favor del "Sí" por parte de gobierno.

"Este es un código muy humano, totalmente inclusivo", dijo en una casilla en La Habana Vieja el exprofesor de marxismo Elio Gómez, de 78 años, que dice que antes nunca hubiera votado a favor. El presidente Miguel Díaz-Canel, que acudió a votar con su esposa, se refirió al código como "una norma justa, necesaria, actualizada, moderna y que da derechos y garantías a todas las personas, a todas las diversidades de familias y de credo". Pero también advirtió sobre el voto en contra del texto. "Tenemos que acostumbrarnos que en temas tan complejos, donde hay diversidad de criterios", cuando prevalece una situación económica difícil, "también puede haber (...) un voto de castigo".

La cita es histórica ya que es la primera vez que los cubanos validan una ley bajo una consulta. La nueva ley, que de ser aprobada sustituirá la vigente desde 1975, define el matrimonio como la unión "entre dos personas", abriendo la puerta a bodas gays y la adopción para parejas del mismo sexo.

También permitirá reconocer legalmente a varios padres y madres, además de los biológicos, así como la gestación subrogada, sin fines de lucro, en tanto suma otros derechos que favorecen a los niños, ancianos y discapacitados. El tema es sensible en una sociedad aún marcada por el machismo que se exacerbó en las décadas de 1960 y 1970, cuando el gobierno condenó al ostracismo a muchos homosexuales o los envió a campos militarizados de trabajo agrícola.