Debilidad económica en el país afecta el desarrollo regional
Amigos lectores, tengo el gusto de saludarles de nueva cuenta a través de este medio, y lo hago con una interrogante, no han notado que, pese a que trabajan las mismas horas, ganan lo mismo, o quizás un poco más, pero en lugar de lograr gastar menos y lograr más, resulta todo lo contrario; es decir, hoy gastan mucho más con lo mismo.
Y es que déjenme comentarles, que, a nivel global, existe un momento de incertidumbre, las economías están teniendo cambios bruscos, las tasas inflacionarias se están convirtiendo en un factor demoledor para toda la clase trabajadora, afectando rotundamente en el poder adquisitivo.
Durante agosto pasado, las participaciones federales ascendieron a 80 mil 373 millones de pesos, que significó una caída anual de -1.6 por ciento en términos reales, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Tan sólo en nuestro país, en los primeros ocho meses del 2022 se registraron dos descensos en las participaciones presupuestales, que corresponde a uno de los ramos más importantes para las entidades y las regiones del país, síndrome de una economía debilitada, siendo la caída más baja de los últimos 12 años solamente superado en el 2020, durante la etapa más complicada de la pandemia que fue de -15.9 por ciento y en el 2019, del -9.2 por ciento.
Y esto se refleja e impacta en un escenario donde el valor del dinero es inferior, lo que disminuye el poder adquisitivo, conflictos geopolíticos, la elevada inflación nacional, cuando existe poca inversión en gasto público, en los estados del país, a través de infraestructura hidráulica, infraestructura carretera, en hospitales, en obra pública, acciones que motivan el desarrollo económico y fortalecen a las regiones.
Requerimos de medidas contracíclicas, con un proyecto de presupuesto de egresos de la Federación robusto, fuerte, enfocado y con vocación regionalista; que vaya encaminado a fortalecer la infraestructura y las inversiones en las entidades federativas para poder apalear y aminorar la situación económica que se está viviendo en el país.
Es por ello que el principal desafío ante la debilidad económica del país, es que nuestra economía crezca y de la mano, tenga una política de finanzas sanas, federalista y hacendaria; si es que queremos revertir el escenario, y poder generar mayor riqueza, empleos dignos y con mayor oportunidad de desarrollo regional, puesto que la política de gasto público e inversión debe partir de un proceso de planeación económica equilibrada que detone el desarrollo local y brinde alternativas a una población que se siente vulnerada de no poder avanzar y sufrir el estancamiento económico de estos tiempos tan convulsos.