El 30 de noviembre
de 2018, ya lejano día si lo vemos desde nuestra actualidad, nos daban a conocer: Se firma el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El T-MEC fue acordado entre los tres países, el pasado 30 de septiembre de 2018, y es firmado este 30 de noviembre, en el marco de la Cumbre de Líderes del G20, celebrada en Argentina. Los presidentes de México y Estados Unidos, Enrique Peña Nieto, y Donald Trump, respectivamente, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, firman este acuerdo comercial, ante la presencia del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal; el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, y la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Chrystia Freeland. Una vez suscrito, conforme a los procedimientos internos de México, este tratado deberá someterse a consideración del Senado de la República para su aprobación.
Con esta firma, las tres naciones modernizan el TLCAN alcanzando un acuerdo comercial que brinda certidumbre al comercio y a las inversiones, haciendo al comercio regional más inclusivo y responsable al integrar nuevos capítulos como Pymes, medio ambiente, anticorrupción y trabajo.
Así rezaba el comunicado por parte de la Secretaría de Economía, pero cómo han cambiado las cosas desde entonces, todo parecía haber superado el principal obstáculo que en ese momento era Donald Trump, ya que él fue el que encabezó la revisión del tratado, puesto que según su óptica no era justo para su país, y sólo beneficiaba al nuestro. Las dificultades para el tratado parecían haber quedado superadas, pero no contábamos con que en casa tendríamos problemas con los nuestros.
A pesar de que el tratado significa para México la oportunidad de tener empleos bien remunerados y también no tanto, pero tener empleos, algunas cuestiones que se firmaron en ese momento al gobierno actual, principalmente al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues no le parecieron y entonces inició una lucha por despedazar estos compromisos que México como país ya había pactado.
La piedra en el zapato parece estar incrustada en los temas energéticos, ya que el presidente vive atrapado en la realidad mundial de los años 70, donde todas las energías giraban alrededor del petróleo, y es comprensible pues él nació en Tabasco, tierra de extracción de ese preciado compuesto que los dinosaurios nos donaron, pero ya pasamos ese siglo, estamos a más de cuarenta años desde esas fechas, el mundo ha cambiado, y también se ha deteriorado, precisamente por el uso y abuso de los hidrocarburos, hay nuevas herramientas para generar energía, que se habían pactado en ese tratado, pero hoy, por capricho de uno solo, todo está detenido y peligrando no solamente el cumplimiento de todo lo escrito ahí, que representa desarrollo para el país, sino viabilidad en las condiciones de vida de las nuevas generaciones del mundo y de nuestro país. Ayer a Tatiana no sólo le negaron el abrazo, le niegan también a los que vienen naciendo la oportunidad de conocer un México y un planeta habitable, hay personas menores de 68 años, pero eso no lo entienden algunos. Gracias. AECH.