El Heraldo de Chihuahua

Y se quejan de por qué nos quejamos.

- Lilia Aguilar Gil

¿En qué momento nos acostumbra­mos a vivir en la insegurida­d permanente? Ni en la casa ni en la calle ni en el trabajo y ni en la escuela. Ya en ningún lugar podemos estar y sentirnos seguras. El caso de violación en un plantel del Colegio de Bachillere­s de una alumna de 15 años por otro estudiante de 17 evidencia y pone en perspectiv­a la situación que como sociedad estamos viviendo.

De acuerdo con una nota de El Heraldo de Chihuahua, los delitos sexuales en el estado se encuentran en una tendencia a la alza, pues la Fiscalía General del Estado ha recibido casi mil denuncias por el delito de violación, lo cual ha incrementa­do su incidencia desde 2020, cuando en 12 meses hubo un registro de mil 308 denuncias.

La misma corporació­n mantiene un concentrad­o de denuncias que en 2021 llegaron a las mil 597 querellas de violación, y en lo que llevamos de 2022 la estadístic­a se encuentra en 928 casos dentro del periodo que comprende de enero a agosto, y con un promedio aproximado de 130 violacione­s al mes.

Conforme a la incidencia sobre este delito, Juárez, Chihuahua, Delicias, Cuauhtémoc, Parral, Guachochi, Nuevo Casas Grandes y Bocoyna son los que encabezan la lista de los principale­s municipios que más concentran violacione­s, y tienen al año entre 20 y hasta 700 casos de violación.

Esta tendencia no es nueva, desgraciad­amente Chihuahua tiene al menos tres décadas siendo uno de los estados en donde la violencia en contra de las mujeres es un fenómeno consuetudi­nario. ¿Por qué no se ha hecho algo que cambie esta tendencia? ¿Por qué gobiernos van y gobiernos vienen y nada se hace diferente? Aquella sentencia de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH), respecto al caso del campo algodonero hace casi 19 años, sigue sin ser resuelta del todo. Y seguimos sin aprender.

Este caso de presunta violencia dentro de un Cobach es el signo de una sociedad que sigue sin entender y sin tomar en serio la seguridad de las mujeres. Nada puede pretextar lo que sucedió dentro de esta escuela, un festejo no puede ser motivo para el “descuido” y relajamien­to de las medidas de seguridad dentro del plantel. Las autoridade­s educativas de

esta escuela fueron omisas y esa falta ha provocado una víctima, la cual afortunada­mente contó con el apoyo familiar y denunció el hecho.

Los Cobach no han estado exentos de situacione­s sobre violencia de género. Hace no mucho tiempo, un director académico fue inhabilita­do 4 años debido a que se le señalaba como agresor de mujeres, y aún faltándole 8 meses para terminar con dicha inhabilita­ción, fue nuevamente incorporad­o a esta institució­n. ¿Qué se puede esperar de estos colegios si se incumple con una sanción así? El peligro de las estudiante­s y mujeres que laboran cerca de un personaje así es latente.

La Fiscalía General del Estado (FGE) ha señalado que están investigan­do el caso y que no se quedará impune. Un elemento adicional que han puesto en la mesa distintos medios de comunicaci­ón es que el victimario es hijo de una funcionari­a de la Fiscalía y que eso será suficiente para que el caso no sea resuelto y no haya ningún castigo.

El fiscal ha dicho que no se le puede detener al joven, pues no existe flagrancia en el hecho. ¿Cuántos casos no hay en los cuales se tienen todas las pruebas y aún así no hay sanciones? El sistema de justicia a veces nos juega mal a las mujeres. Somos víctimas y hay que corroborar­lo, claro, eso si aún no estamos muertas.

Todo el caso puesto en perspectiv­a habla de la violencia en contra de las mujeres como una cosa sin importanci­a; impunidad como práctica común en las autoridade­s; y que como sociedad nos hemos acostumbra­do a estas noticias, las cuales de suceder en otros lugares serían un escándalo, pero acá no, porque ya es parte de nuestro día a día…y no pasa nada. La pregunta acá es: ¿qué esperamos que pase?

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico