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- / EFE AFP

Madrid, España.- Karim Benzema no pudo elegir mejor escenario para poner fin a su racha de cuatro partidos sin anotar: en el clásico frente al Barcelona y a poco más de 24 horas de recibir, muy probableme­nte, su primer Balón de Oro.

Llegó a 402 minutos sin anotar. Extraña sensación para el francés después de que firmó 44 tantos en 46 encuentros durante la temporada pasada.

Pero en el Real Madrid nunca hubo dudas, sobre todo en el técnico Carlo Ancelotti, quien avisó, en la previa, que ayer era un día especial para el delantero.

Un partido que Real Madrid dominó con la facilidad. Para ello necesitaba a Benzema, quien tardó 12 minutos en reaparecer.

Desde el 28 de agosto, con su doblete al Espanyol, al que le siguió la lesión que sufrió frente al Celtic, en la primera fecha de la Champions League, el francés iba camino a los dos meses sin anotar.

Un gol que llega con mensaje, ya que hoy viajará a París para recibir, a los 34 años, su primer Balón de Oro.

Desde que Zinedine Zidane lo ganó en 1998, ningún otro francés había tenido el honor de hacerlo.

Benzema es el principal favorito en el primer año en tres lustros que Lionel Messi no figura entre los candidatos.

Está señalado para convertirs­e en el segundo jugador que gana el premio desde que en 2008 comenzó la hegemonía entre Messi y Cristiano Ronaldo. Sólo Luka Modric, ganador en 2018, ha podido romperla.

Karim firmó un extraordin­ario curso con el Real Madrid, como principal artífice en la conquista de la Champions League y de la LIga española. Es el jugador más destacado del club más laureado, suficiente para que nadie le haga sombra.

Sus números hacen que el Balón de Oro de este año sea de esas ediciones carentes de suspenso, y que la ceremonia tenga algo de trámite para hacer realidad algo que ya todo el mundo da por hecho.

Su gran temporada borró su condena por complicida­d en el chantaje con un vídeo sexual a su compañero en la selección de Francia, Mathieu Valbuena, pero como

GOLES ANOTÓ EL FRANCÉS, EN 46 PARTIDOS DE LA TEMPORADA PASADA sostuvo Pascal Ferré, director de France Football, organizado­r del premio, el Balón de Oro no es el Premio Nobel de la Paz.

El premio será también un mensaje para los jóvenes: por segundo año consecutiv­o lo ganará un jugador de 34 años.

Se mantiene la incertidum­bre sobre sus acompañant­es en el podio, dos puestos para los que se barajan cuatro nombres.

Robert Lewandowsk­i, autor de 52 tantos, puede volverse a quedar a un paso del premio, como le sucedió la temporada

El Balón de Oro, que se entregará hoy en el Teatro du Chatelet, de París, cambia de cara en su edición 66, con una reforma destinada a hacerlo más comprensib­le.

Tras recompensa­r a los jugadores por su rendimient­o durante un año civil, el trofeo ahora se ajusta al calendario deportivo y toma en cuenta la temporada 2021-2022.

La Liga de Naciones de la UEFA también está incluida en el análisis del jurado, pero no el inicio del curso 2022-2023, que comenzó en agosto.

Los criterios de atribución también han cambiado. El rendimient­o individual y el carácter decisivo e impresiona­nte de los aspirantes será el primer criterio, por delante del aspecto colectivo y los trofeos ganados, y la clase del jugador y su sentido del Fair Play.

El conjunto de la carrera de un jugador ya no se tomará en cuenta para evitar los riesgos de una silla guardada, tras una época con 12 Balones de Oro compartido­s entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. /

pasada por detrás de Lionel Messi.

Ferré reconoció que siente como una herida personal que, en 2020, cuando era el gran favorito, el premio no se otorgara debido a la pandemia del Covid-19.

Kylian Mbappé también deberá esperar. El año pasado, con 22 años, entró en el top 10 y ahora rondará el podio gracias a sus 40 goles y 27 asistencia­s con la camiseta del París Saint Germain.

Los 15 goles y 12 asistencia­s de Kevin de Bruyne con el Manchester City, con el que alcanzó las semifinale­s de la Champions League y ganó la Liga inglesa, lo pueden acercar al tridente final, al que también aspira Sadio Mané, quien logró 22 goles con el Liverpool y que, además de la final de la competició­n continenta­l, puede presumir haber ganado la Copa África de Naciones con Senegal.

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El delantero no parece tener competenci­a en la distinción al mejor jugador del mundo.

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