¿Por qué no hemos
podido tener una nueva ley?
El confundir los objetivos de las leyes ha hecho que los esfuerzos del Legislativo por emitir una ”Ley General de Aguas”, se vea contaminado por cuestiones ideológicas y de intereses políticos coyunturales y se caiga en la tentación de modificar o abrogar la “Ley de Aguas Nacionales” vigente y terminar con los avances en la ciudadanización de la administración del agua, que desde 1992 permitió que los usuarios tomaran el control del agua, por medio de distritos, módulos y unidades de riego, terminando así con la burocracia y corrupción que existía en la antigua SARH.
No es un problema de volumen, por lo que no se ha logrado el tener la cobertura universal de agua potable en nuestro país. El volumen total de agua concesionado es de 270,917 hm3/año, incluyendo al uso no consuntivo, dedicado a la generación de energía hidroeléctrica. Para usos consuntivos asciende a 87,842 hm3/año.
Si tomamos la población del censo de 2020; 126,014,024 habitantes y el mínimo de 100 lts/persona/día (incluyendo niños), el consumo sería de 4,599.5 hm3/año, un 1.7%. Al 55% de eficiencia de los organismos operadores, sería un 3.1%, en total para uso doméstico (aseo personal, lavado de ropa y aseo de la casa y preparación de alimentos), se llegaría al 7.2%; si le sumamos el uso comercial, industrial y público urbano se alcanza el 21.3%. El uso agropecuario es del 77% y el resto es otros usos. (Fuente: Conagua 2018).
En México, según los datos más recientes presentados por la Conagua, sólo 58% de la población tiene agua diariamente en su domicilio y cuenta con saneamiento básico mejorado.
En el contexto urbano la cobertura de servicios de agua y saneamiento llega aproximadamente a 64%, mientras que en las zonas rurales sólo llega a 39%.6
El rezago en la cobertura universal de agua potable y saneamiento es uno de los indicadores más claros de desigualdad, discriminación y exclusión social.
Hay una iniciativa de Morena y sus partidos comparsa, donde las concesiones para la producción que no sea para el autoconsumo o la pequeña propiedad (que consuma menos de 500 mil metros cúbicos anuales) tendrían una vigencia de dos años, y serían renovables, ajustando por disponibilidad, siempre que puedan demostrar que hayan cumplido con la medición, el pago de derechos, el pago de la energía eléctrica sin subsidio, la entrega de información, y respeto por los condicionantes de su concesión y con la normatividad.
El objetivo es que ningún individuo o persona moral podrá ser titular de concesiones cuyo valor total a nivel nacional supere 500 mil metros anuales.
En resumen, a diferencia de la Ley de Aguas Nacionales actual, la iniciativa de Morena hace una distinción entre la gran agricultura y actividad pecuaria, intensivo en agua, tierra y agroquímicos; principalmente destinado a la exportación, y la agricultura y actividad pecuaria campesina para la autosuficiencia alimentaria. De esta manera permite favorecer a los sistemas de riego de pequeños campesinos, con la exención de impuestos, con una vigencia de títulos para diez años y condicionantes afines con sus prácticas y posibilidades.