Cárteles saquean en 8 municipios el bosque
No sólo cortan árboles y controlan aserraderos, hasta pugnan por negociar directamente con las empresas muebleras: FGE
Como lo han descubierto los mandos de la Mesa de Seguridad en el estado, la tala clandestina en la Sierra Tarahumara es uno de los detonantes que ha generado decenas de incidentes relacionados con la inseguridad y que, además de Guachochi, se ha detectado también en otros siete municipios del estado de Chihuahua.
La Fiscalía General y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado han recibido información sobre la operación de los cárteles de Sinaloa y de Juárez en actividades clandestinas de tala de pinos en diferentes regiones del estado, que se ha convertido en una de las fuentes de ingreso de estas organizaciones criminales.
Bocoyna, Madera, Batopilas, Moris, Urique, Temósachic y Guazapares son algunos de los puntos donde han identificado que los miembros de ambas agrupaciones buscan obtener el control de este mercado clandestino, para seguir extrayendo de forma ilegal la materia prima que se trata en aserraderos (algunos de la propiedad de presuntos criminales) y vender a empresas dedicadas a la fabricación de muebles.
La semana pasada autoridades estatales dieron a conocer que Melquiades D. M., alias “el Chapo Calín” o “El 13”, y Servando M. O., alias “el Servandito” o “El 21”, disputan el control de esta actividad en el municipio de Guachochi pese a pertenecer al mismo cártel. Informes de la Fiscalía General del Estado precisan que Bocoyna es otro punto peleado, pero
por cabecillas de grupos criminales contrarios: Rodolfo Eduardo L. Z., alias “el Eddy Zafiro”, y César Daniel M.A., “el H2”. En Moris, Guazapares, Urique y Batopilas la tala es monopolizada por gente de José Noriel P. G., “el Chueco”, también del Cártel de Sinaloa; en Madera y Temósachic, es el Cártel de Juárez.
Al momento se calcula que este tipo de tala en el estado de Chihuahua ha dejado una afectación de por lo menos 17 mil hectáreas del recurso natural, principalmente en las comunidades de San Juanito y Creel, que son los que mantienen la problemática más activa desde hace varios años.