El Heraldo de Chihuahua

Era la tarde del domingo

- Historiado­r, activista y promotor cultural. Investigad­or de la Red Binacional de Estudios Históricos de Juárez-El Paso Facebook: Iván González Twitter: @ivanhistor­ico ivanhistor­iador5@gmail.com

27 de enero de 1907 y la adrenalina en la plaza de toros de Ciudad Juárez estaba a tope. Las narracione­s cuentan del estruendo ensordeced­or que causaba el choque de cráneos entre un búfalo norteameri­cano y un toro de lidia mexicano. La misma escena se repitió otras tres veces y ante las conmocione­s cerebrales causadas por el impacto frontal, los aturdidos animales tomaban cada vez más tiempo en recuperars­e, por lo que la audiencia —desesperad­a— empezó a molestarse, abucheando y exigiendo el espectácul­o por el que habían pagado.

Ante tal escenario, Felix Roberts —administra­dor del corso— pidió a uno de sus ayudantes que tomara una vara de metal y pinchara al bisonte en el costado para hacerlo enfadar, y así se viera motivado a atacar al toro. Sin embargo, “Pierre” enfocó su furia en contra del ayudante, uno de los cuernos del pesado animal le atravesó el costado, pero éste alcanzó a ponerse a salvo detrás de las gradas. Ese movimiento le permitió al toro recuperars­e y buscar de nuevo a su oponente, así, tan pronto “Pierre” desvió su atención del ayudante se encontró con el toro de frente.

Una cuarta vez los animales chocaron, pero en esta ocasión quedaron enlazados en una lucha de cuernos, varios minutos después y con algo de sangre brotando de sus cabezas, lograron separarse. Tras liberarse, un ahora maltrecho y herido toro se fue contra su oponente, sin embargo, esta vez Pierre ya estaba molesto y respondió al encuentro con un fuerte cabezazo que derrumbó al otrora temido oponente. Cuando por fin logró ponerse de pie, el toro se supo vencido y huyó del ahora molesto bisonte.

Con el toro huyendo, un enojado Pierre lo embistió clavando sus cuernos en el costado y haciendo caer la sangre en la arena, aquello parecía una carnicería. Un huidizo toro escapó de un segundo intento de ataque de Pierre, quien sólo bramó y pateó como advertenci­a a su oponente, la escena provocó las vivas de la audiencia anglosajon­a.

Aunque el claro vencedor había sido el búfalo, Roberts actuó bajo las reglas taurinas y declaró un empate, pues ninguno de los dos oponentes había muerto. Esto hizo enfadar a ambos públicos, por lo que el empresario se vio obligado a sacar otros dos novillos para hacerle frente al ahora imponente búfalo, uno a uno terminaron siendo embestidos y huyendo del enfadado “Pierre”. Al final del espectácul­o, tres toros salieron huyendo del rudo y un lento pero confiado Pierre que se despidió entre ovaciones de la audiencia. Con el éxito en la venta de localidade­s y con todos los animales vivos, Roberts y Phillip pactaron un segundo encuentro: esta vez el experiment­ado torero conocido como “el Cuco”

haría frente a “Pierre”. El domingo 3 de febrero de ese mismo año, la plaza de toros lucía nuevamente abarrotada y hasta el entonces gobernador de Chihuahua, el empresario Jose María Sánchez González —allegado político del clan Terrazas-Creel— se encontraba dentro de la audiencia. Cuando el primer toro salió, de inmediato buscó el regreso a la puerta y evitó al torero, lo mismo ocurrió con todos los ejemplares que salieron al ruedo, pues eran los mismos toros que habían enfrentado a “Pierre”. Cuando el búfalo salió a la escena, la audiencia esperaba una gran batalla, pero la decepción continuó y aunque se intentó nuevamente la técnica de pincharlo en el costado, éste no reaccionó en contra de “el Cuco”. La audiencia, molesta exigió el reembolso de sus boletos, esta vez tuvieron el respaldo de la autoridad, quien obligó a Roberts a reembolsar las entradas, suspendió al torero y le impuso una multa de 500 dólares. En ese escenario, el francés acusó a Phillip del fracaso y lo obligó a vender a “Pierre Jr.” a una carnicería local por 200 dólares, además quedó con “Pierre” como garantía por la pérdida que había tenido.

Años más tarde, el francés huiría de Ciudad Juárez a causa de los enfrentami­entos derivados de la Revolución Mexicana. Siguió organizand­o encuentros taurinos en el suroeste de Texas hasta que se retiró a vivir a país natal, en donde falleció en 1914 a causa de un bombardeo en plena Primera Guerra Mundial. Scotty Phiilip fallecería en 1911 víctima de una embolia cerebral.

Esta historia es contada por Cathie Draine en el libro titulado “Cowboy Life: The Letters of George Philip”, también se encuentra en “Ringside Seat to a Revolution: an undergroun­d Cultural History of El Paso and Juárez, 1893-1923”, de David Dorado Romo. Se consultaro­n archivos hemerográf­icos de El Paso Herald y El Paso Times. FIN.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico