El Heraldo de Chihuahua

QUE SE INDAGUE

Acepta que parte de las capturas de pantalla permanecen sin ser verificada­s, como declaró al periódico REAPARECE EXFISCAL ESPECIAL

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CDMX. El subsecreta­rio de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernació­n (Segob), Alejandro Encinas, se mantiene firme en la defensa del informe que presentó el pasado 18 de agosto a los padres de los 43 normalista­s desapareci­dos de Ayotzinapa, luego de que el periódico The New York Times publicó declaracio­nes del propio Encinas sobre 467 capturas de pantalla de conversaci­ones de Whatsapp que no pudieron ser verificada­s.

“Soy el principal sorprendid­o, ¿no?, que ese día que yo autodescal­ifiqué mi trabajo, pues la verdad no fue así, mucho menos, sería una falta de respeto a las compañeras y compañeros de mi equipo de trabajo que van acompañado­s de manera muy seria y profesiona­l”, dijo el también titular de la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia para el caso Ayotzinapa (CoVAJ) ayer durante la conferenci­a mañanera del Presidente.

Frente al mandatario federal, Encinas señaló que es cierto que parte de las capturas de pantalla, en su mayoría provenient­es de presuntas conversaci­ones de miembros de Guerreros Unidos –agrupación delictiva a la que se le adjudica la responsabi­lidad de desaparece­r a los jóvenes– permanecen sin ser verificada­s.

Sin embargo, aseguró que aún si resultan ser apócrifas hay otros elementos que sustentan la versión presentada por la CoVAJ en agosto pasado, la cual sostiene que los normalista­s fueron separados en grupos pequeños y asesinados bajo diferentes métodos, versión que difiere con la llamada “verdad histórica” del gobierno de Enrique Peña Nieto, que dice que fueron incinerado­s en el basurero de Cocula.

Con este supuesto pidió recordar que el más reciente informe de la Comisión de la Verdad no solo está sustentado con las capturas de pantalla sino que además está integrado con “análisis de las comunicaci­ones, las declaracio­nes emprendida­s en el expediente, las entrevista­s y testimonio­s recogidos por la comisión del caso Ayotzinapa, los informes del GIEI, la informació­n de la Secretaría de la

Defensa Nacional, la recomendac­ión de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los mensajes de la DEA de Chicago, el último pliego de consignaci­ón de la Fiscalía, el levantamie­nto de campo (de evidencia) que hemos hecho a lo largo de muchos años en distintos municipios y el análisis de los metadatos”.

El que los mensajes sean verídicos o no es relevante porque estas supuestas comunicaci­ones forman parte de la pruebas presentada­s contra cuatro exmandos del Ejército que hoy permanecen presos y que amenazaron con denunciar al subsecreta­rio por presentar supuestas pruebas falsas en su contra.

El desconocim­iento de las capturas de pantalla por parte del GIEI es cierto. Los propios expertos señalaron en su informe del 29 de septiembre pasado que la integració­n de las conversaci­ones se hizo después de que ellos tuvieran acceso a la investigac­ión de la Comisión de la Verdad, por lo que se abstuviero­n de emitir algún veredicto sobre su veracidad y solicitaro­n al Gobierno federal que les permitiera quedarse un mes más en el país hasta que pudieran realizar el análisis necesario de las imágenes.

En ese momento se desconocía

Omar Gómez Trejo, extitular de la Unidad Especial para la Investigac­ión y el Litigio del caso Ayotzinapa (UEILCA) reapareció ayer en California, Estados Unidos, luego de que hace un mes presentó su renuncia como fiscal especial de la Fiscalía General de la República (FGR).

Señaló que la desaparici­ón de los normalista­s, la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, fue parte de una forma de control que ejerció el crimen organizado en Guerrero porque Iguala es un centro de distribuci­ón de droga gracias a la conexión carretera que hay hasta la frontera con Estados Unidos.

También aseguró que dicha estrategia fue posible debido a la colusión que existió por parte de numerosos elementos de la Sedena. Prueba de ello, dijo, es que de las 83 órdenes de aprehensió­n que se giraron cuando todavía se encontraba al frente de la UEILCA, al menos 20 fueron en contra de militares.

PEDIRÁ Encinas a la Fiscalía General de la República iniciar una investigac­ión en contra de quien resulte responsabl­e de compartir informació­n confidenci­al

The New York Times

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