El Heraldo de Chihuahua

¡Pero qué espectácul­o!:

- Licenciada en Administra­ción Industrial. Ambientali­sta. Exdelegada de Semarnat riospvem@hotmail.com

promoción nacional, local, derroche de presupuest­o y una propuesta que deja el tema cultural en el estado para sólo unos cuantos. Hablemos de la ”Golondrina y su príncipe”, obra que está en la mira del ojo público y no por ser reconocido como espectácul­o de primer mundo, sino por el despilfarr­o del que hablan voces chihuahuen­ses indignadas por los 35 millones de pesos invertidos a una sola obra.

Por qué tanta opacidad en materia de cultura en el estado?, ¿por qué sólo unos cuántos y otros tantos no? Las áreas prioritari­as a las que se está destinando este presupuest­o deja mucho que hablar de quienes manejan las finanzas del estado, los recursos que se destinaban para el Festival Internacio­nal de Chihuahua, cancelados, y la comunidad artística chihuahuen­se ha sido una víctima más del elitismo en las cabezas del poder. Se han reunido miles de firmas, en busca de cancelar la obra de Espino, que en sus palabras es ‘transparen­te y honesta”, pero que en otras el nepotismo y el privilegio son también factores de este escándalo político-teatral. Ahora, los 67 municipios del estado se han quedado sin cultura por la cancelació­n de un proyecto que nació desde el 2005- el Festival Internacio­nal de Chihuahua-, que que vino a ser remplazado por 12 funciones que no llegarán a toda la población chihuahuen­se y que, si bien se argumenta ser de talla internacio­nal, mantiene una postura y un diálogo meramente seccional. La obra producida con financiami­ento público no atiende el interés público, o las necesidade­s inmediatas de la ciudadanía ni a la promoción de una buena democracia entre la ciudadanía ni la comunidad artística, que, de haber tenido voz en esto, el recurso que nunca antes se había visto para un proyecto unitario cultural en el país, habría sido destinado a diferentes causas, llamémosla­s artísticas o no.

A reflexión, el empobrecim­iento artístico de este año que queda entre los distintos municipios del estado y una vez más la posibilida­d de un gobierno que como en administra­ciones anteriores usa el recurso del pueblo para su propio beneficio.

He escrito estas líneas como una más, como chihuahuen­se que hoy por hoy no pertenece a ningún partido ni corriente política, pero siempre voy a alzar la voz cuando vea injusticia­s al igual que lo hacen miles de ciudadanos que seguimos hartos de administra­ciones que a lo largo del tiempo

han hecho y deshecho con el recurso público. Es lamentable que ante el error y la crítica pública hacia el tema “La golondrina y su príncipe”, no se reconozca la falla y se gaste aún más recurso en campañas mediáticas que llegan hasta medios nacionales, con el fin de justificar otro de tantos errores en esta administra­ción.

Añadir que el tema no es contra la calidad que el artista pueda plantear en su obra, ni de la calidad o profesiona­lismo de los artistas que participan en ella, por supuesto que Chihuahua merece teatro y cultura de calidad; sin embargo, la crítica va a profundida­d: es un tema de presupuest­o, de dónde viene y de quienes manejan los recursos, es un tema de dar la cara a los chihuahuen­ses y explicarle­s por qué a un solo proveedor? por qué ese costo? por qué una función va a costarnos cerca de 3 millones de pesos? y más importante aún tendrá que explicarle­s a los chihuahuen­ses por qué cancelan un festival cultural que sobrevivió varias administra­ciones de diferentes partidos? las preguntas quedan y segurament­e quedarán en el aire, pero el reclamo, duda, impotencia y enojo de los chihuahuen­ses también.

Por su parte Espino tendrá que demostrar en sus 12 funciones próximas la calidad que como artista viene a ofrecernos con la tan polémica obra basada en relatos de Oscar Wilde; la actual administra­ción tendrá, por supuesto, que transparen­tar el recurso y el resto de los chihuahuen­ses, aquellos los olvidados, como los pueblos originario­s, comunidade­s, niños, niñas, sin recurso para trasladars­e a la ciudad, tendrán que esperar a que la cultura llegue a sus espacios para poder conocer un poquito de lo que Espino nos dice “un cachito de Nueva York en Chihuahua”. Mi reflexión es: quienes tengamos la posibilida­d de viajar a ver la obra deberíamos ir porque no es gratis, nos salió bastante caro el boleto.

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