Recordemos que un sofisma
es un falso razonamiento, para inducir al error. Es una altísima hipocresía manifestar que el INE es y ha sido imparcial y democrático.
Desde que llegó la calamidad sexenal de Carlos de Salinas de Gortari, los fraudes electorales estuvieron a la orden del día, con caídas del sistema de cómputo y luego con el robo y desaparición de boletas sufragadas, etc. A la conformación del actual INE, fue público y notorio el fraude electoral de Calderón, en perjuicio de AMLO. A grado que este último consideró que para derrotar al viciado sistema electoral debía contar con el voto popular abundante y masivo; para que no diera margen a la cotidiana manipulación del INE. El pueblo decidió por AMLO, contra la corrupta oligarquía “prianista”; así AMLO obtuvo el triunfo; no por méritos operativos del INE, sino por la masiva e inobjetable votación. Lo que trajo como consecuencia una manifiesta rebeldía de sus “parcializadas dirigencias”: Lorenzo Córdoba, Ciro Murayama, Lorenzo Favela, etc.; a tal grado que decidieron enfrentar al ya presidente de la república manteniendo un salario y unas prestaciones superiores a las del presidente; y desobedeciendo toda sugerencia presidencial, convirtiéndose en un bastión de insurrección y oposición al régimen. A grado tal, que Lorenzo Córdoba, en algunas ocasiones, ha llegado a considerar que el INE es un cuarto poder autónomo y extra constitucional.
Por lo que Santiago Creel “ordena” que: “El INE, no se toca”; porque es un garante de “nuestra democracia”, dice. Sin duda con el “nuestra” se refiere al “prian”; y no dijo “dedocracia”; dijo democracia. Pero déjenme contarles una anécdota: según Germán Martínez, destacado panista, y Pablo Gómez, hoy representante de la 4T, quienes en 2014 participaron en la conformación del actual INE, se violó entonces el Derecho Constitucional, cuando se aceptó que los consejeros electorales actuales fueran designados al 50%, por los dos partidos hegemónicos, el PRI y el PAN. Por lo tanto esa autonomía democrática de que presume el INE es palmariamente falsa; viciada de origen y forma, y solidaria con la oligarquía económica nacional de México y con muchos intereses extranjeros.
¿Debe el régimen en el poder soportar una estructura deformada? ¿O sustituirla por una legalmente conformada, con intercesión de los tres poderes constitucionales? La “Reforma Electoral” no desaparece al INE, lo reforma; se hace indispensable; que decida el Congreso de la Unión. ¿A qué le teme la reacción retardataria? ¿No acaso ganó temporalmente la “no Reforma Energética”? No deben tener miedo a una supuesta parcialización electoral, pues bastará que el pueblo vote masivamente por sus “reaccionarios candidatos” y podrán revertir todo lo que les convenga. Sigamos a AMLO, recuperemos la patria. Otros temas y poemas en “Facebook” Ernesto Visconti.