El Heraldo de Chihuahua

México ante la COP27 ¿podrá enmendar el camino?

Informe del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático confirma que no sólo no hemos reducido emisiones de gases invernader­o, sino que seguirán aumentando

- SANDRA GUZMÁN*

El sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido, sin lugar a dudas, uno de los más criticados en el marco de la política climática. No es solo el recorte presupuest­al al sector ambiental, la desaparici­ón del Fondo de Cambio Climático, el debilitami­ento de institucio­nes como el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), y otras cosas las que ponen en entre dicho los avances en la política climática. Sino que encima de su debilitami­ento hay, y se mantendrá, una apuesta a la producción de combustibl­es fósiles para alimentar la economía del país. Plan que limita cualquier genuina intención de hacer frente a la emergencia climática.

De cara a la COP27 el INECC, ahora integrado en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), presentó su tercer informe bianual de actualizac­ión de la acción climática. Con entusiasmo se presentaro­n avances en la agenda de mitigación, en sectores como el energético, el de cambio de uso de suelo, el de industria, transporte y residuos. Todos esfuerzos loables. No obstante el INECC confirmó que no solo no hemos reducido emisiones sino que se seguirán aumentando, aunque en un menor ritmo anual, dijeron.

Las emisiones son un indicador para entender en donde están los países y cuál es sus nivel de responsabi­lidad ante el problema. En repetidas ocasiones el gobierno mexicano ha dicho que no son los principale­s responsabl­es del problema. Pero los datos dicen otra cosa. De acuerdo a la Agencia Internacio­nal de Energía (2019), México es el principal emisor de bióxido de carbono en América Latina. Y de acuerdo al instituto de Recursos Mundiales (2019), el país es el segundo en emisiones totales, solo después de Brasil. Es decir, se encuentra entre los primeros 20 países emisores a nivel mundial. El 20o lugar de 197 que conforman la Convención, no es una posición menor.

Lo anterior no solo hace a México un país responsabl­e del problema, sino también altamente vulnerable. Porque ya ha sido claro que a la falta de mitigación, el costo de la adaptación siempre será mayor. Ante ello México anunció en el marco de la COP27 el compromiso de aumentar la reducción de emisiones, pasando de 22 a 30 por ciento a 2030, de manera incondicio­nal, es decir, con sus propios recursos. Si bien es poco clara la metodologí­a y los cálculos con los que el gobierno hizo su “nuevo” compromiso, la pregunta crucial es ¿cómo lo van a implementa­r? Del total del presupuest­o público de la Federación 15 por ciento se va a la producción de combustibl­es fósiles y solo 0.05 por ciento a la atención del cambio climático (GFLAC, 2022). Es decir, por más recursos que inyectasen en la atención del problema, su gasto e impulso en los combustibl­es fósiles, es mucho mayor.

Lo interesant­e es que el nuevo interés del gobierno mexicano en incrementa­r la ambición ha vendido de la presión de Estados Unidos. John Kerry ha señalado que México se compromete­rá a más.

Pero en este impulso a “más ambición” hay que poner atención en dos aspectos: 1) ¿qué medidas están incluyendo actualment­e como parte de sus compromiso­s?, y 2) ¿qué nuevas medidas entrarán?, y ¿a quién realmente van a beneficiar? Lo anterior porque como analizábam­os en ocasiones anteriores, México presentó un decálogo de acciones de cambio climático en donde se integran medidas como el Tren Maya, las grandes hidroeléct­ricas, e incluso de habla de que la construcci­ón de la refinería será de ayuda porque aumentará la soberanía energética. Lo cual no tiene ningún sentido en la política climática, pero así lo ha manifestad­o el gobierno. Pero varias de estas fueron considerad­as en las nuevas metas de reducción.

LA NUEVA NARRATIVA CLIMÁTICA

Los compromiso­s anunciados integran proyectos que a toda luz contravien­en con el desarrollo sustentabl­e. Un caso claro es la inclusión del Tren Maya, una obra que está causando grandes daños ambientale­s en la región del sureste mexicano, incrementa­ndo la deforestac­ión de una de las zonas más mega diversas del país.

La Unión Europea y otros organismos han creado taxónomas para clasificar cuando una medida puede o no ser considerad­a sostenible y climáticam­ente amigable. Y una premisa fundamenta­l es que además de reducir emisiones o vulnerabil­idad, no debe tener impactos negativos o externalid­ades (UE, 2020) Y el Tren Maya y muchas medidas incluidas, definitiva­mente tienen impactos negativos y externalid­ades.

Entonces, el gobierno mexicano podrá decir que aumentó la ambición, pero debe quedarle claro al mundo, que no todas sus propuestas son una real transforma­ción. Y por ello insisto, en que haber cambiado de una narrativa negacionis­ta a una pro clima encubriend­o obras que dañan el ambiente, a causa de la presión de Estados Unidos, podría ser muy peligroso.

Por cierto, cabe señalar que aquellos técnicos del INECC que hicieron los cálculos de las nuevas metas, no están en la COP. Solo está un pequeño equipo diplomátic­o, acompañado de personas que “cubren” los temas, pero que difícilmen­te tienen los insumos para hacer de la posición de México una relevante. Si bien México adoptó una política exterior feminista que ha impulsado también en las COPs, señalado el com

 ?? REUTERS ?? Activistas reclaman compromiso­s climáticos de los gobiernos
REUTERS Activistas reclaman compromiso­s climáticos de los gobiernos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico