El Heraldo de Chihuahua

Crisis en criptomone­das. ¿FTX un CriptoAras?

- Consultor internacio­nal en prevención, participac­ión ciudadana, análisis delictivo y generación de política pública correo: jose.enriquez@mail.com

JOSÉ ENRÍQUEZ

FTX, una plataforma de intercambi­o de criptomone­das, solicitó la bancarrota el 11 de noviembre después de estar valorada en más de 32 mil mdd a inicios de este mes. Junto a este colapso se esfumó la fortuna del CEO Sam Bankman-Fried de 16 mil millones de dólares a tan sólo unos centavos.

FTX utilizó los recursos de los clientes para apalancar inversione­s riesgosas, principalm­ente en la compañía Alameda Research. Esto se hizo público a principios de noviembre, cuando un reporte de CoinDesk advirtió sobre problemas potenciale­s de apalancami­ento y solvencia de FTX.

FTX trató de encontrar fondos para poder soportar la crisis y evitar una bancarrota y su competidor Binace consideró comprar parte de FTX, pero al ver más de cerca la situación financiera de FTX se retiró del trato.

En noviembre 11, el CEO renunció a su posición y la compañía se sometió al proceso de bancarrota. Horas después de iniciar el proceso, FTX fue víctima de un hackeo perdiendo 477 mdd en criptomone­das trasladand­o los recursos a Ethereum. El hacker se posiciona ahora en el lugar 35 con más recursos en esta denominaci­ón.

El mercado de criptomone­das se sacudió y perdió un 25% de su valor en tan sólo unos días llegando a su valor más bajo el 9 de noviembre. En estos últimos días ha recuperado un 5% con un valor de mercado de 883 mil mdd, de acuerdo con el sitio web coingecko.com.

La idea original de las criptomone­das ha sido la de no tener que depender de institucio­nes bancarias y poder así tener una moneda que esté controlada por los usuarios a través de la simple posición del código que representa­n las monedas. La debilidad surge ante la imposibili­dad de intercambi­ar su valor nominal a monedas formales, por lo cual nace la necesidad de estos centros de intercambi­o. Estas empresas no están reguladas, por lo que tienen mucha más flexibilid­ad que los bancos para disponer de los recursos para llevar a cabo inversione­s o algún otro tipo de actividad.

FTX representa­ba 3% del valor del mercado de las criptomone­das. Las criptomone­das en su totalidad se ven afectadas cuando los tenedores reflexiona­n sobre la posibilida­d de que sus activos estén en riesgo y se inicia una venta de pánico. Por fortuna para las criptomone­das las otras institucio­nes de intercambi­o sí han respondido, por lo que la afectación se ha contenido en niveles, aunque altos, todavía muy manejables.

La crisis de FTX ha llamado la atención de legislador­es norteameri­canos para poner manos en el asunto. Quizás esta crisis es la excusa que necesitaba­n para intervenir de una manera más firme y no tener una oposición de los que buscan una libertad mayor en el flujo digital,libre y privado de las monedas. Los ciudadanos promedio que especulan con criptomone­das es muy probable que apoyen una mayor regulación, por lo menos sobre las compañías de intercambi­o.

Localmente seguimos enfrascado­s en el tema de las sociedades de inversión como Aras y no se ve que el Congreso federal esté interesado en legislar sobre el asunto para proteger a inversioni­stas ilusionado­s e incautos.

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