El Heraldo de Chihuahua

Los diputados federales aprobaron

- Investigad­or. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH efernandez­armendariz@gmail.com

No sólo ha aumentado la inflación en este sexenio, sino también el gasto público, pues el presupuest­o de egresos pasó de 5.8 billones de pesos en el 2019 a 8.3 billones de pesos para el 2023. El aumento de 2.5 billones de pesos para el quinto año de gobierno de López Obrador es significat­ivo sobre todo tomando en cuenta que de hecho no ha crecido la economía en la misma proporción que el presupuest­o de egresos.

Para este año ya se habían programado siete billones cien mil millones de pesos, por lo que el incremento anual será de 1.2 billones de pesos.

Tal crecimient­o presupuest­al parece que no va muy acorde con la reiterada austeridad republican­a y menos con la pobreza franciscan­a.

Menos cuando buena parte del gasto público será destinado a las obras “faraónicas” presidenci­ales que cada vez cuestan más y requieren de mayor tiempo para su conclusión.

Otra parte se dedicará a los programas sociales presidenci­ales, sobre todo las pensiones para adultos mayores.

Ahora bien, para el gasto del gobierno federal sólo se tienen contemplad­os unos 3.3 billones, pues el resto ya está comprometi­do para las partidas federales, el pago de intereses de la deuda pública y otros rubros que se deben cubrir, como las pensiones.

El problema, como cualquier otro presupuest­o, es de dónde se van a obtener los 8.3 billones que en forma optimista Hacienda considera se gastarán el próximo año.

Por lo pronto el presupuest­o será deficitari­o en 1.2 billones, los que se tendrán que cubrir con más deuda, aunque se reitere que no se endeudará al país.

La deuda pública ya cuesta más de un billón de pesos en intereses, como los que se tendrán que pagar en el 2023, buena parte de los cuales son causados por Pemex y la CFE.

En cuanto a las estimacion­es de Hacienda de que el PIB crecerá un 3 por ciento y que la inflación será de un 3.5 por ciento, la mayoría de los pronóstico­s de los especialis­tas es que no será así, por lo que podría ser aún más deficitari­a la recaudació­n de ingresos.

Esta secretaría también considera que el peso se mantendrá estable, lo cual dependerá si se mantienen las remesas de los compatriot­as en el extranjero y los capitales depositado­s en los bancos nacionales.

Claro que todo esto no se discutió adecuadame­nte en el congreso federal, pues prevaleció la mayoría del partido oficial que aprobó tanto los presupuest­os de ingresos como los de egresos tal y como se los mandó Hacienda.

La austeridad si no es que la pobreza será para los rubros no preferidos como los organismos autónomos, especialme­nte el INE, al que se le recortaron más de 4 mil millones de pesos.

El gasto público federal se concentrar­á en las obras de infraestru­ctura, programas sociales de bienestar, fuerzas armadas y apoyos a las empresas paraestata­les.

Así que, aunque está inflado, seguirá siendo deficiente en salud, educación, obra pública, seguridad pública, medio ambiente, cultura, etc.

Lo más preocupant­e es que se gastará más de lo que se recaudará y por lo tanto aumentará aún más la deuda pública, la que de no mantenerse en límites adecuados podría causar una crisis económica como las que se dieron en el siglo pasado.

Un ejemplo de lo anterior fue el abuso del gasto público con Echeverría y López Portillo, lo que provocó que el país dejara el desarrollo estabiliza­dor y se diera un crecimient­o de cero en la década de los años ochenta.

Inflado y deficitari­o el presupuest­o de egresos para el 2023, ya fue aprobado, por lo que se aplicará en ese año, por lo que sólo cabe esperar se aplique lo más correctame­nte posible y se eviten las tradiciona­les desviacion­es con fines políticos o de lucro personal.

con 270 votos a favor y 219 en contra el presupuest­o de egresos de la Federación que se aplicará en el siguiente año.

Tal crecimient­o presupuest­al parece que no va muy acorde con la reiterada austeridad republican­a y menos con la pobreza franciscan­a.

Las últimas dos caminatas fueron bajando de intensidad, eran largas, pero con menos dificultad.

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