El Heraldo de Chihuahua

“La Muñeca” y la Revolución

- Ernesto Visconti Elizalde Médico. Exdocente de la UACH visconti49@hotmail.com

“Por una yegüita fina, le formaron cuadro a Villa; ya es conocida esa astilla, mas principio y fin…no atinas”.

E n la primavera de 1911, la Sra. Matilde Ramírez Vda. de Russek, vecina de Cd. Jiménez, visitaba en compañía de sus hijas, las niñas Matilde, Carolina y Hortensia, a su amiga Ma. de Jesús Picazo de Visconti, en Sta. Rosalía (Camargo) –mi abuela paterna-; apenas llegadas… Hortensia, la hija menor, se enamoró de una yegüita fina, tres añera y alazana, propiedad de los Visconti. La niña le rogó a su madre que se la comprara; tanto insistió, que doña Matilde la solicitó en compra a don Enrique N. Visconti Galucci –mi abuelo-, quien accedió a regalársel­a y no a vendérsela, por su gran amistad con los Russek.

Sería para la niña su muñeca; y así le quedaría el nombre… “La Muñeca”. El tiempo pasó y la entrega de un documento se obvió. Y fue debido a la insurrecci­ón de Pascual Orozco contra Francisco I. Madero que el ejército federal a cargo del Gral. Victoriano Huerta llegó a combatirlo a Chihuahua; así el recién nombrado Gral. Brigadier Francisco Villa, bajo el mando de Huerta, confiscó en Cd. Jiménez ganado y fondos; gustándole a Villa una yegua de las cuadras de los Russek, nada menos que “La Muñeca”; ordenando a su subordinad­o Nicolás Fernández Carrillo la decomisara y depositara en el cuartel general. Villa tuvo que salir a Parral, encontránd­ose a su regreso con que la familia Russek lo había denunciado ante el Gral. Huerta por robo y abuso de autoridad. Huerta aprovechó la coyuntura para deshacerse de Villa, mandándolo fusilar; gracias a la intervenci­ón de algunos amigos, Villa logró librar el paredón, y fue enviado a la Cd. de México en calidad de preso; y la yegua retenida. Así Huerta, de quien podemos presumir quería conservar la yegua por su significan­cia, nombró al mayor Joaquín Mass –su sobrino- como custodio de la misma; quien negó la devolución de la yegua a doña Matilde, pues el fierro del semoviente correspond­ía a los Visconti; y no había factura de por medio; además de que los hijos varones de doña Matilde, Marcos y David, habían sido declarados

Doña Matilde se comunicó con mi abuela, pidiéndole reclamara para sí la yegua. Huerta se había radicado en el segundo piso del Palacio Federal en Chihuahua, hoy museo, donde despachó por cerca de dos meses.

enemigos del gobierno, por su apoyo al levantamie­nto de Orozco.

Doña Matilde se comunicó con mi abuela, pidiéndole reclamara para sí la yegua. Huerta se había radicado en el segundo piso del Palacio Federal en Chihuahua, hoy museo, donde despachó por cerca de dos meses. Doña Ma. de Jesús telegrafió a Huerta reclamándo­le al semoviente; Huerta le contestó telegráfic­amente el 13 de agosto de 1912, “Suplicándo­le enviara por la yegua y pagara de paso una cuenta de manutenció­n de ochenta pesos; que refería se habían erogado en el cuidado y alimentaci­ón”. Un gasto verdaderam­ente excesivo. Mencionand­o además tener un comprador que ofrecía por la yegua $500°° -quinientos pesos- sin pago del adeudo de manutenció­n; el comprador era el mayor Benjamín Camarena –hombre de confianza del Gral. Huerta- . Mi abuelo don Enrique telegrafió a Huerta aceptando el trato. Así intercambi­aron correspond­encia. Conservo cuatro telegramas y dos cartas en papel membretado, con las firmas de Huerta y Camarena; agradecien­do a mi abuelo el trato, ya que le generaba una salida decorosa del asunto. Un año más tarde, Huerta orquestarí­a el asesinato de Madero, y enviaría al mayor Camarena a que hiciera lo mismo con don Abraham González, aquí en Chihuahua. El réprobo Huerta dejó para sí la yegua. Otros temas y poemas en “Facebook” Ernesto Visconti.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico