Dicen las leyes de
la física que “a toda acción corresponde una reacción“, y en política las reacciones también aplican y en ocasiones más virulentamente; apenas pasaron unas horas de la marcha ciudadana en defensa del INE, el pasado domingo 13 de noviembre en CDMX, en varias ciudades de la república y hasta en ciudades del vecino país del norte, donde habitan mexicanos interesados en que la democracia prevalezca, y el presidente López convoca a una marcha de desagravio el domingo 27 de noviembre.
Aunque él niega que se trate de medir el músculo social, pero es evidente que su convocatoria responde a una reacción ante el éxito que tuvo la marcha ciudadana que movilizó en CDMX a más de ochocientas mil almas libres, y en el resto de la república a tres millones de mexicanas y mexicanos comprometidos con la democracia y la libertad, de acuerdo a empresas especializadas en la medición de las personas que asistieron a la marcha, suman alrededor de cuatro millones de personas de todos los estratos sociales, quienes de forma ordenada, pacífica y sobre todo ejerciendo su derecho de libertad, nos manifestamos en defensa del INE y en contra de la reforma electoral de López Obrador, que pretende acabar con la naturaleza y las funciones del árbitro electoral y crear un ente electoral y de consultas al que pueda manipular, como ha sucedido con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que dejo de ser autónoma, en virtud de que su titular, Rosario Piedra Ibarra, es incondicional del Ejecutivo federal y militante de Morena, situación que va en contra del ordenamiento legal y aún así la sostienen. La CNDH perdió su esencia y dejó de defender los derechos humanos, por someterse a los designios de su “jefe”, trastocando su naturaleza y funciones.
De ninguna manera queremos las y los mexicanos que eso suceda con el INE y vamos a continuar en su defensa. El INE es una de las instituciones civiles con mayor reconocimiento y aprobación ciudadana, más del 80% de la sociedad lo avala.
Las conclusiones sobre la marcha
El INE es una de las instituciones civiles con mayor reconocimiento y aprobación ciudadana, más del 80 por ciento de la sociedad lo avala
ciudadana son la gran capacidad de movilización de la sociedad civil comprometida con la democracia, que ya se cansó de los pésimos resultados del gobierno y no está dispuesta a tolerar los actos autoritarios que pongan en riesgo a instituciones como el INE, cuya función principal es garantizar la democracia que tanto trabajo nos ha costado. El presidente López está molesto y preocupado por la participación en la marcha ciudadana y se siente amenazado por las acciones de la sociedad, porque sabe que se puede convertir (la ciudadanía) en el Leviatán de Hobbs, es decir, que sea la que concentre y ejerza su papel de mandate ante sus mandatarios (gobernantes y representantes), como debe ser.
La marcha de la reacción del Ejecutivo federal, según su dicho, es para ver si la “gente está contenta” con la “transformación“, pero de antemano sabemos que esa marcha estará repleta de “acarreados” a quienes obligarán a marchar a cambio de un puesto en el gobierno, de alguna “beca”, “dádiva“o de algún otro beneficio.