VICTORIA MARÍN FALLAS Presentó su libro “La edad de hierro”
Siente una satisfacción enorme con su primer escrito de poemas, el cual la trajo hasta Chihuahua desde San José, Costa Rica
Parte del contenido son los capítulos: “Muchacha Tebana”, “Corinto queda atrás”, “8 de marzo”, y “Las muñecas están tiradas sobre los tálamos”, poesía que promete cautivar a los lectores
Uno de los eventos culturales que reúne a infinidad de escritores tanto local, nacional e internacional es la Feria del Libro, en esta ocasión una de las invitadas fue Victoria Marín Fallas, quien es originaria de San José, Costa Rica, y vino a presentar su escrito "La edad de hierro", la escritora es estudiante avanzada de Filología Clásica en la Universidad de Costa Rica, asimismo, es cuentista y amante del simbolismo, ha publicado en espacios como la revista Itálica (UPO, España), El Repertorio (Costa Rica), Revista De-lirio (México) e Iberoamérica (España-Argentina).
Este es su primer libro de poesía, señalando que escribía desde el colegio, pero no se animaba a mostrar su talento, retomando de nuevo la pluma en la universidad para dar a conocer esta obra de la cual indicó: "Fue una creación muy espontánea y que por suerte coincidió en esos temas, tiene referencia a la obra del poeta Hesíodo que habla de la edad de hierro, también tiene varias referencias a la lírica clásica y a la mitología en general, y me llevó escribirla un año y ya con el tiempo la fui perfeccionando, el cual me ha dejado una satisfacción muy grande, siendo mi primer libro me trajo hasta acá, nunca había venido a México, siento una sensación de cuando uno termina un texto bien trabajado".
"Creo que en vez de un mensaje, se puede desprender una crítica social en contra de la violencia, de género específicamente, también de todo ese tipo de conductas que tornan un sentimiento más noble como el amor, confianza, amistad, emociones de tristeza, pero también quisiera resaltar esas experiencias, salir adelante y convertirlas en algo bello darles un buen sentido, y este trabajo resultó de una etapa donde me encontraba muy emocionalmente, tenía mucha inspiración y disponibilidad", indicó Victoria.
PRÓLOGO
Cualquier prólogo para un libro de poemas resulta, para el que lo escribe, un ejercicio a la vez fortuito y difícil. Fortuito, porque todo lector de poesía tiene ya en su mano las reglas del juego a seguir, y el lector entendido sabe que, en un buen poema, las palabras no valen por su correspondiente definición de diccionario, sino por las alusiones secretas que hacen entre ellas, por la danza con la que vibran en la página al son de una música escondida.
Por lo tanto, el prólogo a un poemario pierde su capacidad de asombro, su intención didáctica y aleccionadora. A menos que venga a acompañar alguna forma lírica muy antigua, el prólogo a un libro de poemas puede caer en la trampa de intentar explicar lo que por antonomasia no tiene explicación. Difícil, porque los poemas tienen una vida propia dentro del alma del que lee.