El Heraldo de Chihuahua

Desde que se firmó

- Profesor e investigad­or de la Universida­d Complutens­e de Madrid j.bernabe@ucm.es

el Acuerdo Final para la Construcci­ón de una Paz Estable y Duradera en Cartagena, entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) en 2016, se han asesinado en el país a más de 1,300 líderes sociales.

Hay actores armados a los que no les gusta la paz. Y contra eso lo único que se puede hacer es aplicar la ley y difundir paz por todos los rincones del país, practicar convivenci­a demostrand­o que la ciudadanía colombiana va a prosperar si se respeta su vida y se permite que crezca en todos los ámbitos posibles.

Una herramient­a para lograr todo esto puede ser la radio. La idea de introducir emisoras de paz en la radio pública colombiana nace del cumplimien­to del punto 6.5 del Acuerdo de Paz. RTVC Sistema de Medios Públicos tiene funcionand­o 12 emisoras de paz de Radio Nacional de Colombia. Es la comunicaci­ón al servicio de la reconcilia­ción en estado puro. Un trabajo enorme, difícil, apasionant­e y necesario para un país que necesita vivir en paz.

Uno de sus propósitos es conectar a las comunidade­s a través de contenidos culturales, musicales e informativ­os en regiones que fueron afectadas por la violencia de manera importante. Destacan culturas, emprendimi­entos y proyectos regionales que fomenten la construcci­ón de paz. Los contenidos están definidos por el concepto de “emisoras de paz”, se centran en construir elementos pedagógico­s sobre los contenidos del Acuerdo Final para la terminació­n del conflicto. Por lo tanto, dar a conocer los avances en su implementa­ción es uno de sus objetivos principale­s; y tienen que hacerlo de forma amena, atractiva para la audiencia y que mantenga productos de mucha calidad informativ­a y de ocio durante largo tiempo.

Vicente Silva, director de la Radio Nacional de Colombia, destaca que las emisoras de paz son “estaciones cercanas a la comunidad, amables con la gente de los territorio­s, enfocadas en el concepto de una radio pública que construye, permite el diálogo, estimula la escucha de múltiples voces y sonidos, y sirve a la gente sin banderas de partidos ni intereses económicos o ideológico­s”. Eso puede ser definitivo en su éxito, la amplitud de miras y la

Partidos e

ideologías deben estar al servicio del bienestar de la población, no a la inversa. De hecho, en buena medida su implantaci­ón en la ciudadanía va a depender de que las emisoras de paz mantengan los brazos abiertos a todos los enfoques políticos

generosida­d a la hora de entender que partidos e ideologías deben estar al servicio del bienestar de la población, no a la inversa. De hecho, en buena medida su implantaci­ón en la ciudadanía va a depender de que las emisoras de paz mantengan los brazos abiertos a todos los enfoques políticos, como primer paso en la construcci­ón de una sociedad que no vea en la política un foco de violencia, sino de todo lo contrario, de posibles actores que se impliquen resolviend­o los problemas sin violencia.

El contexto no ayuda, se sigue asesinando a líderes sociales por el mero hecho de luchar por los derechos humanos de la población colombiana, por la protección de su medio ambiente, por la inclusión de las poblacione­s originaria­s en la vida del país, lo que implica que se respeten y defiendan sus derechos como los del resto. Pero a la vez de no ayudar, ese contexto nos está diciendo a gritos que las emisoras de paz hacen falta de una manera feroz, porque la radio puede llegar a todos los rincones, entretener e informar de una manera muy barata para el receptor y, por lo tanto, trabajar la paz desde la comunicaci­ón como muy pocos medios pueden hacerlo. Y los estándares de calidad están asegurados si se sigue el trabajo de Radio Nacional de Colombia.

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