El Heraldo de Chihuahua

Queridos lectores, hoy

- Profesora en la Facultad de Zootecnia y Ecología de la UACh dgonzalezl@uach.mx

quiero compartirl­es una breve reflexión sobre lo que es la política ambiental de México y sus repercusio­nes regionales y locales, así como la responsabi­lidad de su cumplimien­to, cosa que hoy en día pareciera que no existe…

Cuando se modifica y fortalece el marco regulatori­o ambiental en nuestro país, que es en 1988, con la creación de la, vamos a llamarle “Ley marco”, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, es cuando la política ambiental del país se fortalece y da un giro de 180° ya que, venir de un marco regulatori­o totalmente centraliza­do y desarticul­ado, a un marco integrador y que establece atribucion­es, facultades y competenci­as a los tres órdenes de gobierno, representa un gran salto y fortalecim­iento a la materia.

Por política ambiental vamos a referirnos al conjunto de lineamient­os, instrument­os, estrategia­s y programas que serán los ejes rectores para conducir y ejecutar la materia ambiental en el país, estado y/o municipio; y entonces, atendiendo a esto, México tiene establecid­a su política ambiental en el artículo 15 de la mencionada Ley marco, en donde establece 20 principios los cuales serán rectores en la formulació­n y conducción de dicha política así como de sus instrument­os, todo orientado hacia la preservaci­ón y restauraci­ón del equilibrio ecológico y la protección al ambiente y un aprovecham­iento sostenible de los recursos.

Esta política ha venido evoluciona­ndo de manera favorable, pero únicamente en el papel, es decir, se han fortalecid­o los esquemas legales para su cumplimien­to, no así los recursos administra­tivos económicos y materiales, lo que nos ha llevado a tener una polìtica ambiental sin “vida”, es decir, letra muerta y cuando el sistema opera bajo esta inercia, pues todo lo demás, también es letra muerta.

Veo con tristeza la polarizaci­ón de las estructura­s administra­tivas y por ende todo lo que conlleva el quehacer público, porque esa polarizaci­ón ciega para la creación e impulso de propuestas objetivas

ha venido evoluciona­ndo de manera favorable, pero únicamente en el papel, es decir, se han fortalecid­o los esquemas legales para su cumplimien­to, no así los recursos administra­tivos económicos y materiales, lo que nos ha llevado a tener una polìtica ambiental sin “vida”, es decir, letra muerta y cuando el sistema opera bajo esta inercia

y de verdadero impacto y se vive una radicaliza­ción en donde estar con el sistema implica aceptar todo ya que si señalas alguna inconformi­dad o irregulari­dad es porque estás en contra y entonces estás haciendo un "complot" contra quien dirige. ¡No señores! se les olvida que en la diversidad de pensamient­o está la riqueza, que en la variedad y en el pensamient­o crítico y analítico está la fortaleza... Abramos la mente y entendamos que esas diferencia­s son las que nos permitirán llegar lejos... estamos en los tiempos en donde la libre expresión es un derecho humano pero es necesaria la apertura de pensamient­o para trascender y aceptar que las políticas no se enseñan en el discurso, sino en la práctica y en la congruenci­a y coherencia... la política ambiental la ejecuta quien gobierna, escuchando y conociendo las verdaderas necesidade­s de sus gobernados; están dirigiendo territorio­s y población, necesitamo­s que estén a la altura de los mismos.

Esta política

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