Yo no acabo de sorprenderme
de lo que ha decaído la figura presidencial en México. Ciertamente debo decir que tenía muy pocas expectativas sobre este sexenio y sobre el trabajo de López Obrador como Presidente, pero, a pesar de esas bajas expectativas y a pesar de más o menos conocer al personaje incongruente y resentido, tenía la leve esperanza de que, con los años, con la investidura y con el peso de su mensaje dizque opositor, hubiésemos tenido un Presidente al menos, medianamente congruente con esa historia. De eso no hay nada, a lo más una duda: ¿Sigue siendo un porro?
En México usamos la palabra porro para referirnos a los integrantes de marchas donde la violencia o la agresión es, o puede ser, una realidad. Tenemos infinidad de ejemplos de marchas o manifestaciones donde esos personajes con intereses oscuros se valen de estos medios de presión para obtener un beneficio. Para nadie es un secreto que el Presidente tiene un pasado que sus seguidores y él han tratado de hacer ver como activismo, cuando lo cierto es que sus marchas y manifestaciones siempre han sido sumamente cuestionadas por la opinión pública porque el tufo del acarreo y la violencia siempre está presente. De sus manifestaciones más conocidas está aquella de 1996, cuando bloqueó 18 pozos petroleros en Tabasco según él para demandar una indemnización a más de 40 mil campesinos y pescadores por los daños que Pemex había causado en sus comunidades y luego ya dijo que también fue para evitar que privatizaran el petróleo.
Es muy importante mencionar que en ese tiempo él era presidente estatal del PRD en Tabasco. Había pues que continuar vigente ya que había perdido la elección a gobernador de ese estado dos años atrás y estaba a punto de iniciar su campaña por el PRD Nacional.
Otra acción de esta naturaleza muy conocida de él es la toma del Paseo de la Reforma en 2006, aquella que realizó porque según él le hicieron un fraude. Fraude que nunca ha podido demostrar pero que ahora usa como pretexto para atacar al INE. El INE que organizó la elección presidencial en la que salió victorioso, de la que no se queja nada, por cierto. Regreso al plantón de Reforma: A tan sólo 16 días de haberse iniciado, las pérdidas rondaban los 3 mil millones
De sus
manifestaciones más conocidas está aquella de 1996, cuando bloqueó 18 pozos petroleros en Tabasco según él para demandar una indemnización a más de 40 mil campesinos y pescadores por los daños que Pemex había causado en sus comunidades
de pesos para varios comercios, hoteles y restaurantes, se dio el despido de 809 empleados registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social y, de los 9 mil restaurantes ubicados en las delegaciones Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, 900 estaban a punto de cerrar por la baja en sus ingresos debido al bloqueo. Ese plantón resultó criminal.
El caso es que todas esas acciones las realizaba para obtener un lucro político, una ventaja. Hoy que ya es Presidente estas acciones deberían estar fuera de su cabeza, pero definitivamente siguen ahí, y ahora, ante la marcha en la que muchos participamos para defender al INE de sus intentos de desparecerlo, pues se le calentó la sangre, parece que se le olvidó que es Presidente y regresó el porro. Una lástima que el Presidente del país organice una manifestación desde la cúspide del gobierno federal, aliado con los gobiernos de los estados que controla su partido, con toda su estructura y con recursos públicos.
Es penoso, verdaderamente penoso, verlo tan descompuesto por la defensa del INE y a la vez verlo tan ocupado y enfocado en salir a protestar, porque los ciudadanos le protestaron.