El Heraldo de Chihuahua

O TAN/Eurasia: fractura global

-

La mayor amenaza para la hegemonía global de EU es la conformaci­ón de un bloque de poder euroasiáti­co. Entre 2001 y 2008, la administra­ción de G. W. Bush desarrolló una geoestrate­gia orientada hacia Eurasia centrada en el acoso contra Rusia que incluyó la expansión de la OTAN, el despliegue del escudo antimisile­s en Europa Oriental y la promoción de cambios de régimen en Georgia, Ucrania y Kirguistán. Entre 2008 y 2015, la administra­ción de Barack Obama continuó con dicha geoestrate­gia hacia Eurasia, pero el acoso esencial fue hacia China a partir de la reorientac­ión estratégic­a que EU llamó "pivote hacia Asia".

El resultado para EU fue contraprod­ucente: China y Rusia se acercaron y empezaron a construir una poderosa alianza. Donald Trump fue más lejos que sus predecesor­es: en la revisión de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017, etiquetó a Rusia y a China como “poderes revisionis­tas”. En la revisión de 2022 del mismo documento, Joe Biden señaló que “tanto Pekín como Moscú han invertido mucho en esfuerzos destinados a probar las fortalezas de EU”.

La Organizaci­ón de Cooperació­n de Shanghái, la construcci­ón de los gasoductos Nordstream, los alegatos de Francia a favor de que Europa debe reconstrui­rse como potencia mundial estratégic­a con independen­cia de EU y el monumental proyecto chino One Belt-One Road, son fenómenos independie­ntes e, incluso, contradict­orios, pero tienen algo en común: representa­n una amenaza para el dominio estadounid­ense de Eurasia.

Glenn Diesen afirma que Rusia y China están desarrolla­ndo una iniciativa geoeconómi­ca llamada “la Gran Eurasia” que permitirá integrar Europa y Asia para construir una nueva región geoeconómi­ca líder a escala global. Diesen aclara que la participac­ión europea es opcional: la Gran Eurasia se construirá con o sin Europa.

Tras el renacimien­to de la OTAN y el realineami­ento de Europa detrás de EU como consecuenc­ia de la invasión rusa a Ucrania, no sólo se ha roto el vínculo energético entre Rusia y Europa: se ha puesto en duda la participac­ión de Europa en el proyecto de la Gran Eurasia. Pero el proyecto continúa, y ahora Turquía, Irán, Arabia Saudita, Pakistán y la India están dispuestos a participar… y a aprovechar la energía rusa que dejará de fluir hacia Europa.

Europa está en una grave crisis energética que se convertirá en crisis económica y, potencialm­ente, en desindustr­ialización. Francia y Alemania ya lo han advertido y están reaccionan­do con indignació­n, pero con moderación, ante el cinismo de EU que se está benefician­do con los altos precios del GNL que vende a Europa y con las medidas proteccion­istas de la Ley de Reducción de la Inflación que golpeará duramente a la industria europea.

Se está produciend­o una fractura global entre la OTAN y la Gran Eurasia. Eso no sólo explica la guerra en Ucrania, el sabotaje al gasoducto Nordstream y la guerra de los Chips contra China, sino también la reciente y peligrosa declaració­n de la OTAN de que “China desafía nuestros intereses, seguridad y valores”.

Esto es más que una nueva Guerra Fría. Potencialm­ente es el inicio de la desglobali­zación. *Profesor de Geopolític­a de la Facultad de Estudios Globales de la Universida­d Anáhuac México

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico