Vinculan a pandilla con tres asesinatos
En el más reciente caso se utilizó un arma calibre 45, el cual es poco común que sea utilizado por grupos de la delincuencia organizada
CUAUHTÉMOC. – A raíz de los más recientes hechos violentos en los que una mujer perdiera la vida y un hombre resultara herido tras un ataque armado en calles de la colonia Esperanza de la ciudad de Cuauhtémoc, surgieron versiones sobre la inclusión de integrantes de pandillas en delitos de alto impacto, como lo es el homicidio doloso.
De acuerdo a fuentes al interior de la Dirección de Seguridad y Vialidad Municipal (DSVPM) y del propio Subcentro “Centinela”, el vehículo PT Crusier que se utilizó por el responsable del homicidio de la mujer, identificada como Yaneth Liliana V. V. de 37 años de edad, fue captado por las cámaras de seguridad en por lo menos dos hechos más de homicidios.
En su momento, los hechos de los dos homicidios en mención fueron relacionados a riñas, esto al encontrar a las víctimas con golpes en la cabeza ocasionados con objetos contusos, situación que a principios de año aumentó de manera importante a grado tal de rebasar la cifra de asesinatos con armas de fuego.
Destaca que en el más reciente homicidio se utilizó un arma calibre 45, el cual es poco común que sea utilizado por grupos de la delincuencia organizada, quienes en la mayoría de los ataques utilizan armas de grueso calibre, lo que permite a las autoridades obtener mayor certeza del móvil de los homicidios.
Incluso, familiares de las víctimas han señalado como móvil de las agresiones el conflicto de personas con pandillas, lo que se suma a frases utilizadas al momento del ataque como “pura santa muerte”, lo cual fue revelado por el hombre herido el viernes 12 de abril, caso en el que se involucra a dos mujeres, una de las cuales fue detenida mientras que la otra huyó junto con el autor material del asesinato.
Fuentes fidedignas no descartan que los pandilleros sean reclutados por grupos criminales, incluso, se menciona que los asesinatos más recientes son una especie de “práctica” para poner a prueba a los futuros sicarios de organizaciones delictivas.