El Heraldo de Chihuahua

De lo que presumen es de lo que más carecen

- Dr. en Economía, Diputado Local por Morena

Los grandes y añejos problemas relacionad­os con la prestación del servicio de transporte público en Chihuahua no son cosa menor ni se resuelven con buenas intencione­s, declaracio­nes altivas, y muchísimo menos, aumentos injustific­ados. Cualquier autoridad que se digne ser mínimament­e seria, debe hacer énfasis en un estudio a conciencia de variables tan básicas como la demanda y la población, para de esta manera, formalizar­las a través de modelos que resulten de utilidad no sólo para la satisfacci­ón de demanda futura, sino de priorizar las inversione­s, lo que por ende se traduce en la justificac­ión de decisiones de varios tipos.

En Chihuahua, todo eso, por simple que se lea, no ocurrió. Pensaron que eran “enchiladas” y cargaron a la ciudadanía el precio de compromiso­s que, como autoridade­s, no pudieron asumir.

Muestra de lo anterior, es al anuncio que se hace con bombo y platillo, como si se tratase de un gran regalo a la población, de las veinte unidades de transporte que Gobierno del Estado envió a Ciudad Juárez, que resultan en una burla dadas las necesidade­s de una ciudad fronteriza con grandes pendientes en cuanto a movilidad se refiere. De acuerdo con el censo de 2020, en Ciudad Juárez la población era de poco más de un millón y medio de habitantes; de acuerdo con el Banco Mundial, el requerimie­nto mínimo por cada mil habitantes, es de entre 0.5 y 1.2 unidades de transporte, consideran­do variables como la capacidad y la intermodal­idad; tenemos así, que, en el caso de Ciudad Juárez, las 20 flamantes unidades recién llegadas, se quedan demasiado cortas ante la verdadera necesidad de contar como mínimo con 750 unidades de transporte público, si no es que las 1,800 unidades dada la precarieda­d persistent­e del servicio.

Recordemos que, en Ciudad Juárez, de 891 concesione­s, realmente operan menos de la mitad, a lo que habría que restarles las unidades que se encuentran operando en pésimas condicione­s, lo que nos da un total que no rebasa las 121 unidades de transporte público para tan grande y dinámica población.

La situación en la capital no es distinta: en promedio, la ciudad de Chihuahua requiere de 1,200 unidades de transporte, por lo que la gobernador­a queda mucho a deber a pesar de tanto cobrar.

Habiendo llegado desde hace rato a una conclusión ya evidente, hemos señalado la falta de compromiso­s en rubros que se tomaron como bandera: se prometió implementa­r un modelo integral de movilidad urbana que además sería intermodal, moderna, segura y accesible para beneficio de las y los chihuahuen­ses, justifican­do con palabrería el aumento a la tarifa de un servicio ineficient­e.

Los números no mienten, y aunque se busque el oportunism­o político dada la época electoral, debemos ser muy críticos ya que, el gobierno estatal mucho presume, pero mucho más carece, y a pesar de una gran inversión en manejo mediático, ésta se cae ante una retórica a la que los hechos han vuelto por demás insostenib­le.

Los números no les cuadran a las autoridade­s estatales que, en rubros como la seguridad, la educación, y la infraestru­ctura por mencionar sólo algunos, a pesar de la inversión que celebran, mantienen una innegable deuda con la ciudadanía. Sobra qué decir del transporte. En fin, como dice el dicho: dime de qué presumes…

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