“Y no quedó ninguno”, de Agatha Christie
“Un soldadito quedó solo; se ahorcó y no quedó… ¡ninguno!” es el verso final de esta trova que da nombre a la enigmática novela. Agatha Christie, la autora, la describió como su “novela más difícil de escribir” y al leerla, no deja dudas sobre el por qué.
“Y no quedó ninguno” es una novela de misterio; su trama gira en torno a diez personas que han sido invitadas a la enigmática isla del soldado propiedad de los misteriosos Ulick Norman y Una Nancy Owen. Rodeados por el misterio de los propietarios, los diez invitados se ponen cómodos hasta que, de cierto modo, llega la hora de su juicio y se revela que todos ahí son culpables, ya sea por omisión, instigación o responsabilidad material de un crimen. La tensión se eleva cuando uno de ellos fallece bajo circunstancias misteriosas en la noche tormentosa de su llegada.
No por nada Agatha Christie la consideró como la novela que más tuvo dificultad para escribir. El misterio que envuelve a los personajes es solamente superado por el ingenio requerido para desenmarañar el misterio y encontrar al culpable antes de que, efectivamente, no quede ninguno. Una prosa ágil, sin adjetivos o pretensiones de atraparte por medio de sus bellas metáforas y recursos literarios hacen de esta lectura, una lectura sencilla, simple y disfrutable, pues lo que acaba por atraparte y detenerte en la novela es el misterio.
¿Quiénes son los misteriosos dueños de la isla? ¿Cuál es su propósito al invitar a estas 10 personas? ¿Son estos culpables de sus delitos? Y, de ser así, ¿cuáles son sus motivos? Peor aún, ¿cuál es el siguiente? Si bien, los personajes carecen de profundidad, sirven perfectamente a su propósito y avanzan la trama de la novela sin problemas. Es una novela simple en cuanto a su uso del lenguaje, pues escatima en las descripciones, limitándose a describir algo cuando sea realmente necesario, pero esta simpleza permite que las y los lectores se sumerjan de lleno en el misterio. Sobra decir que recomiendo la lectura y que, quien sea que la lea, debe prepararse para una batalla sofisticada de intelectos.