El 20/20 de Alika y Nortec Alika, una de las máximas exponentes del reggae, dub, rap y Dancehall tiene mucho que celebrar este año.
La argentina cumple veinte años y arranca su gira en el Caribe Mexicano, además alista el lanzamiento de su próximo álbum que saldrá este año y que se titula SÉPTIMO, del cual se desprenden los temas Dreadlocks e Ital love que ya se encuentran disponibles en plataformas digitales.
La historia de Alika comienza en el año 2000, cuando viajó a Santiago de Chile a buscar los músicos para grabar su primer álbum, para el cual se usó una portaestudios vintage de cuatro canales prestada por el legendario cantante de reggae chileno Quique Neira, exvocalista de la banda Gondwana.
Alika comenzó en la música como MC en una banda de rap (Polygram/BMG) y en los años 90, decide llevar su carrera de forma independiente, posicionándose como una de las líderes del Dancehall de habla hispana, con temas que hablan de respeto, dignidad, y confianza en uno mismo, a su vez situaciones y problemas comunes en los barrios del tercer mundo.
La cantante de los dreadlocks ha llevado su música a festivales, teatros, clubes, escuelas, hospitales e incluso cárceles de diferentes ciudades alrededor del mundo, incluyendo Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Ecuador, Peru, Brazil, Chile, Bolivia, Argentina, Uruguay, Francia, España, Holanda, Japón y Andorra, siendo, a la fecha, una artista independiente.
Después de seis años de no lanzar un álbum, la artista prepara dos nuevos lanzamientos, uno lado de Mad Professor y este 31 de enero verá la luz Ya saben quién es feat. Bazil (Francia), regalándoles a todos los capitalinos una actuación en la Prepa Popular Fresno en CDMX y el 1 de febrero en Coacalco en la Casa de las Gárgolas.
Pero Alika no es la única que festeja dos décadas este 2020. Este año se cumplen 20 años de Nortec Collective y la banda lo quiere celebrar con 10 historias de las canciones memorables que hacen parte del Greatest Hits.
EL FESTEJO NORTEÑO
Tijuana bass, es una de las primeras canciones que compuso Bostich para Nortec en 1999. Su primera versión, publicada en el primer disco de Bostich+Fussible, Remixes, era más experimental y cadenciosa. La pieza fue evolucionando hasta la canción editada de Tijuana Sessions Vol. 3.
Sobre Tijuana bass, Bostich comentó en conferencia que el tema representa para él la respuesta sonora a lo que era Tijuana durante esos días. “El título lo tomé como un tributo a Herb Alpert y su Tijuana Brass, una de las bandas que llevaron el nombre y estereotipo de Tijuana alrededor del mundo”.
Esta banda supo combinar la música norteña y el techno para crear un sonido original, que pronto se hizo de una buena base de seguidores. Durante los inicios de Nortec, los miembros del colectivo se sorprendían de la respuesta de la gente en sus primeras presentaciones. Uno de los retos más grandes fue tocar en festivales de música electrónica en esos años.