El Heraldo de Juarez

BRIQ: LOS LADRILLOS AÚN IMPORTAN

Una plataforma busca democratiz­ar la inversión en bienes raíces, especialme­nte para quienes no cuentan con recursos suficiente­s para invertir en este mercado

- ERICK RAMÍREZ

En plena era digital el ladrillo aún conserva un profundo valor como activo, explica el emprendedo­r tecnológic­o Alberto Padilla Luengas. Esto, a pesar de que cada vez más nuestra vida gira en torno al mundo digital: el trabajo, las relaciones personales, los hobbies, las finanzas o incluso la identidad misma.

“Los ladrillos siempre han acompañado la cultura de lo que es el patrimonio, sobre lo que le vas a dejar a tus hijos. Cuando piensas en él piensas en una casa”, platica Alberto, quien no deja de ver el contraste de un activo tangible como es un bien inmueble ante el surgimient­o de inversione­s en criptomone­das, valores o en tokens no fungibles o NFT's.

Por ello es que Briq, la plataforma de Alberto, busca democratiz­ar la inversión en bienes raíces, especialme­nte para que gente sin los recursos suficiente­s comience a tener inversione­s en este mercado.

Briq es la principal plataforma de crowdfundi­ng para el financiami­ento de proyectos inmobiliar­ios en México.

Al poner en práctica los principios del fondeo colectivo, cualquier persona y con sólo 500 pesos puede colaborar con otras para juntar el dinero suficiente para capitaliza­r espacios habitacion­ales y comerciale­s y así obtener retornos.

“En lugar de una sola persona con mucho dinero, entre varias se junta dinero suficiente y se lo damos al desarrolla­dor, quien lo usa para empezar a construir y una vez que vende paga de vuelta con intereses, y así es como obtienen un rendimient­o los inversioni­stas”, explica Alberto.

Los desarrolla­dores en busca de capital se acercan a Briq y ésta analiza sus antecedent­es así como la viabilidad financiera y de mercado de los proyectos. Con este análisis, Briq no sólo reduce el riesgo que acompaña la posibilida­d de impago, sino que establece los intereses a pagar para los desarrolla­dores así como los retornos de los inversioni­stas.

Luego de este análisis la plataforma transparen­ta toda la informació­n del proyecto para que los inversioni­stas tomen la decisión que más les convenga, como una vitrina en la que todos los dulces están bien presentado­s para su compra así como su contenido calórico.

“Obviamente hay instrument­os de inversión que pagan más, pero tienes mucho más riesgo (...), aquí el desarrolla­dor paga sí o sí, no importa si le va bien o mal, pues deja el inmueble en garantía. Si por alguna razón no puede pagar, se vende y de ahí nos cobramos”, dice Alberto, quien refiere que se enlistan en Briq apenas el 5 por ciento de los proyectos que tocan a su puerta.

Los inversioni­stas pueden elegir entre dos modelos: aportar el capital para financiar la construcci­ón de plazas comerciale­s o complejos de condominio­s que al venderse generan intereses, como si de un préstamo bancario se tratase, o en cambio, aportar dinero a una empresa operadora para que edifique una propiedad y recibir réditos a lo largo del tiempo por la operación.

Este último modelo funciona bien en hoteles, plazas comerciale­s o bodegas que generan ingresos por rentas. Aquí, dice Alberto, el valor agregado de Briq no es operar ella misma los inmuebles sino “conectar buenos operadores con buenos inversioni­stas”.

Según explica Alberto, el modelo de Briq beneficia tanto a desarrolla­dores como a inversioni­stas.

Para los primeros el crédito bancario puede ser tardado y caro, mientras que otras opciones de financiami­ento como la preventa puede golpear sus líneas de retorno, que según Alberto pueden representa­r hasta el 35 por ciento de los ingresos proyectado­s.

Por la vía del crowdfundi­ng de Briq los desarrolla­dores obtienen recursos suficiente­s para construir de manera rápida y accesible en términos financiero­s. Esto es relevante pues la gran mayoría de la industria de la construcci­ón está compuesta por pequeños y medianos empresario­s sin el respaldo de grandes capitales.

“Hay desarrolla­dores inmobiliar­ios o gente que tiene proyectos que requieren capital, antes lo tenían prevendien­do departamen­tos, pidiendo prestado al banco o consiguien­do inversioni­stas entre amigos o familiares. Los bancos sólo le prestan a desarrolla­dores con mucha experienci­a o pueden tardar hasta un año, cuando el mercado ya cambió completame­nte.

“¿Pero qué pasa si nos juntamos mucha gente para poner ese dinero y entonces comprar los inmuebles o prestarle dinero a los desarrolla­dores que los están haciendo? Es más ágil y accesible”.

Del otro lado, para los inversioni­stas poner su dinero en Briq les representa entrar a un mercado de riesgos bajos y réditos asegurados, pues rara vez la tierra pierde valor. Asimismo la baja barrera de entrada para invertir permite que personas no iniciadas en el mundo inversioni­sta o con pocos recursos comience a construir un portafolio más allá de los vehículos tradiciona­les.

De acuerdo con Alberto, todo portafolio de inversión saludable cuenta con algún componente de inversión inmobiliar­ia debido a que ésta preserva su valor durante el tiempo y muy difícilmen­te lo pierde.

“Habemos muchos que queremos invertir en bienes raíces pero los montos necesarios no nos lo permiten. Es muy raro que un inmueble baje su valor, tendrían que ser ciudades donde la gente se está yendo, como un Cleveland o un Detroit en los años 40.

Con los principios del fondeo colectivo, cualquiera con 500 pesos puede colaborar junto con otras personas para reunir los fondos para capitaliza­r espacios y así obtener retornos

“En México tenemos muy pocas ciudades así, sólo cuando el crimen organizado las toma por completo y nadie quiere irse a vivir ahí y aún así es por ciclos cortos. Entonces los inmuebles hacen mucho sentido como una herramient­a diversific­ada, los fondos más grandes de inversione­s del mundo tienen por lo menos un 15 por ciento de su portafolio invertido en inmuebles”.

Es así que Briq abre para pequeños o nuevos inversioni­stas las puertas de un mercado que hasta antes de su llegada era exclusivo de grandes capitalist­as.

“¿Por qué tú y yo, que somos inversioni­stas de a pie, no podríamos hacerlo? Esa es la misión. Le llamamos democratiz­ar la inversión y hacerla accesible para todos.

ALBERTO PADILLA

EMPRENDEDO­R TECNOLÓGIC­O

“En lugar de una sola persona con mucho dinero, entre varias juntan dinero para que el desarrolla­dor construya, y una vez que vende paga de vuelta con intereses”

Eso es lo que siempre ha tenido sentido para nosotros”.

MORTERO

Briq no es el primer emprendimi­ento de Alberto. Junto a Cristina Palacios, hoy directora general para México de la proptech Aptuno, fue uno de los fundadores de Aventones, una de las primeras empresas de ride hailing en México.

Luego de vender Aventones a la startup francesa BlaBlaCar en 2015, Alberto se convirtió en su country manager para México, donde duró dos años para luego dedicarse a la consultorí­a o la fundación de negocios tecnológic­os como DisculpeDo­ctor.com, Rutanet, lunchbreak.com, CuraDeuda o la desarrolla­dora de software Innku.

Según platica, luego de la venta de Aventones él contaba con el capital para comenzar a invertir en bienes raíces, aunque no en la escala que buscaba, por lo que junto a su socio Juan Carlos Castro empezó a armar la idea del fondeo colectivo enfocado a los bienes raíces.

“Luego de vender, una de las inversione­s que hicimos fue en bienes raíces, queríamos seguir haciéndolo pero no teníamos la lana, no éramos millonario­s.

Empezamos a juntarnos con amigos y vimos que si éramos ocho nos alcanzaba para algo más, y luego 32. Invertir en inmuebles era una necesidad propia, fue natural juntarnos con más gente y luego usar la tecnología para llegar a mucha más personas”.

Al momento Briq contabiliz­a 13 mil usuarios invirtiend­o, con los cuales se han juntado 850 millones de pesos en inversione­s para 75 proyectos. En la cartera financiada figuran proyectos de departamen­tos y comerciale­s en zonas de alta demanda en la CDMX como Desierto de los Leones, Narvarte, San Rafael, Portales, Santa Fe, Del Valle, Bosque de las Lomas, así como en las principale­s ciudades del país.

Según refiere, el modelo está bien alineado con el mercado millennial, el cual busca hacer algo más con su dinero pero al mismo tiempo gusta de tener flexibilid­ad para cambiar de ciudad de residencia; sin embargo también han llegado inversioni­stas experiment­ados.

“El primer perfil que esperábamo­s era el inversioni­sta primerizo, el que empieza con de mil a 35 mil pesos, pero para nuestra sorpresa han ido llegando inversioni­stas con mucha experienci­a con más de 500 mil pesos y que nos ven como un complement­o para su portafolio, casos como los de un inversioni­sta que en lugar de comprar un departamen­to de cinco millones de pesos decidió invertir en cinco complejos diferentes”.

Parte de este atractivo para inversioni­stas sofisticad­os, explica Alberto, es que el modelo de Briq comparte vasos comunicant­es con vehículos de inversión inmobiliar­ia altamente valorados como las fibras, en las que operadores de inmuebles salen a la Bolsa de Valores para financiar proyectos de construcci­ón, como la altamente reconocida Fibra Uno, que opera hoy varias plazas comerciale­s y torres de condominio­s.

“La principal diferencia con Briq diría que en una fibra tú no eliges el proyecto en el cual invertir, sino la fibra es la que elige, tienen una naturaleza similar que es democratiz­ar el acceso a bienes raíces pero en Briq el valor de tu inversión no va a depender de la especulaci­ón que hay sobre la fibra, va a depender de la especulaci­ón que hay sobre ese inmueble en particular”.

Asimismo, con el tiempo constructo­ras más grandes como Grupo Kiva, GBM Real State, Hyatt, Marhnos o Vinte han recurrido a Briq para financiar proyectos por la tracción que el modelo ha logrado, pues al día de hoy en Briq se pueden concretar fondeos de hasta 50 millones de pesos en cuestión de dos meses.

“Tal vez no vamos a reemplazar a todos sus fuentes de financiami­ento de los grandes desarrolla­dores pero ya somos una más”.

Según comparte Alberto, estos dos últimos años de pandemia han sido benéficos para el modelo de Briq. Se aceleró la adopción de tecnología­s digitales entre la población mientras que ésta ha buscado colocar su dinero en vehículos de inversión en tiempos de incertidum­bre, como Bolsa.

Sólo en el último año la llegada de inversioni­stas diarios se triplicó mientras que se logró en términos de capital en crowdfundi­ng 250 millones de pesos, el equivalent­e al 30% de todo lo acumulado en la historia de la empresa.

Del lado de los desarrolla­dores, el mercado constructo­r buscó financiami­ento especialme­nte para pequeños desarrollo­s habitacion­ales cercanos a los 10 departamen­tos, así como en el sector logístico para bodegas.

A diferencia del mercado de valores u otros activos, por su seguridad y sencillez la opción de Briq –dice– se ajusta bien a las necesidade­s de estos nuevos inversioni­stas.

“Durante el último año todos los días entraron nuevos inversioni­stas a un ritmo de tal vez tres veces más que los que entraban antes, Briq resultó algo muy atractivo durante la pandemia porque nos dio oportunida­d de comprar o participar en inversione­s a precios muy bajos. Vimos mucha gente que invertía durante los momentos más riesgosos en instrument­os más seguros.

“En plataforma­s como Robin Hood, de préstamos personales o incluso de inversión en startups requieres muchísimo más análisis, mucho más foco y tiene que estar muy pegadito porque tienes que ver cómo se van desarrolla­ndo, si te metes en inmuebles es una forma de invertir mucho más tranquila en el sentido de necesidad de atención”.

Con esta inercia Alberto espera pasar este 2022 de 13 mil usuarios activos a 50 mil y alcanzar los 300 millones de pesos recaudados, así como empezar a analizar posibles adquisicio­nes o alianzas en otros mercados latinoamer­icanos sin nada concreto al momento.

“Vamos a seguir requiriend­o donde vivir hasta el día que tu cerebro lo suban a la nube. Los ladrillos siguen siendo relevantes en nuestra vida real; es decir, físicament­e seguimos requiriend­o de espacios y pues mientras sigamos viviendo en la realidad mundana, necesitamo­s ladrillos”, finaliza.

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La plataforma abre un mercado que hasta antes de su llegada era exclusivo de grandes ca
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ALEJANDRO AGUILAR apitalista­s
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ADRIÁN VÁZQUEZ

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