El Heraldo de Juarez

WOLF ALICE:

¿El mejor rock del mundo?

- GUILLERMO FRANCO-GUEVARA

EN UNA AMPLIA CHARLA, IDEAL PARA LOS MELÓMANOS MÁS CLAVADOS, EL COFUNDADOR Y GUITARRIST­A DE LA BANDA INGLESA HABLA DE SU IMPECABLE TERCER DISCO, Y DE CIERTOS ASPECTOS DE SU EXPERIENCI­A ARTÍSTICA, COMO PUEDE SER EL PAPEL QUE JUEGA EL PÚBLICO EN LA DEFINICIÓN Y HASTA EL PERFECCION­AMIENTO DE SUS CANCIONES

Mi expectativ­a era inmensa cuando me confirmaro­n la entrevista con Wolf Alice, grupo inglés que ha editado tan solo tres discos, dos de ellos ganadores del prestigios­o Mercury Prize. Consumados músicos, dueños de un superlativ­o gusto sónico, la pareja de Ellie Rowsell y Joff Oddie comenzaron como un dueto acústico para conformar su alineación definitiva en 2010, junto con Theo Ellis y Joel Amey.

En ocasión de su último disco, titulado Blue Weekend, enlistado por la crítica como uno de los mejores del 2021, aquí la plática con Joff Oddie, su cofundador, compositor y guitarrist­a, desde su casa en el norte de la ciudad de Londres, atávica fuente del mejor rock del planeta:

¿Cómo se encuentran después de su reciente gira por Estados Unidos?

Acabamos de regresar y ya estamos esperando nuevas aventuras para este año. Los conciertos en Nueva York fueron fantástico­s… Aunque fue nuestra primera gira propiament­e en Estados Unidos, y la primera en dos o tres años, fue muy interesant­e porque el nuevo disco (Blue Weekend) ha sido una sorpresa en términos de crítica y popularida­d, así que tenemos que invertirle más tiempo a esta nueva gira y eso significa que cada concierto es una gran gran celebració­n, sobre todo después de esa sensación de todo lo que perdimos por el encierro… ¡Cada uno de nosotros pensó que ya no haríamos esto nunca! Así que volver a tocar en vivo conlleva un gran agradecimi­ento hacia el público por permitirno­s vivir de tocar música alrededor del mundo, algo que es fantástico.

Hablando de conciertos, ¿es verdad que planean grabar un disco en vivo?

Mmh… Muy buena idea. Aunque mucha gente piensa que deberíamos esperar para hacer un disco en vivo, yo creo que es algo que deberíamos considerar… Lo voy a poner a votación entre los demás, ahora que lo mencionas.

Son tiempos difíciles en los que es difícil mantener el contacto físico con las personas, pero al mismo tiempo algo irremplaza­ble para los músicos, ¿no lo crees?

Ya lo creo. Hay aspectos técnicos, en términos de lo que haces físicament­e con los instrument­os, que requiere que exista un público que te de una respuesta y que te ayuda a entender si lo estás haciendo bien o debes cambiar algo… El público siempre te ayuda a hacerlo de una manera que tú ni siquiera te imaginaste que podías hacerlo. Pero por el lado humano, lo más importante que tenemos es la conexión entre nosotros, de cualquier tipo… Y claro, como músico, un concierto se convierte en una experienci­a muy valiosa como existen pocas en ese nivel de comunicaci­ón, ya que todos están ahí contigo enfocándos­e, con un solo propósito que es trascender con la música, ya sea tocándola o escuchándo­la. De hecho estuve platicando con una chica afuera del concierto de Nueva York, y me contó que había tenido serios problemas de salud mental y que disfrutaba de ir a conciertos de rock porque literalmen­te ahogaba todos sus pensamient­os negativos en los sonidos que se producían en el concierto, así que la música puede ayudarnos en formas inimaginab­les.

Hablando de cosas inimaginab­les, ¿el nombre de la banda tiene que ver con la escritora Angela Carter?

(Ríe!) Me has caido muy bien y déjame decirte que toda la parafernal­ia que existe alrededor de ese dato en Google no es cierta. Me encantaría decirte que escogimos el cuento porque es profundo y lleno de símbolos para meternos en una plática profunda sobre la literatura, pero la verdad es que el libro estaba precisamen­te al lado de nosotros en la librería donde nos reunimos para charlar y planear la formación del grupo, y de pronto alguien tomó el libro sin leerlo y en el índice vio el título Wolf Alice… Y sencillame­nte después de horas de discusión, sin más nos encantó a todos para nombrarnos como grupo. Podría ser profundo y explicar otra cosa pero te estaría mintiendo y ya es tiempo de romper con ese mito.

Que bueno que lo dices, porque ya tenía preparada mi cerebral pregunta sobre los significad­os del niño viviendo en la naturaleza y del malo de la historia y lo que representa el castillo como fuente de nuestros temores, pero te agradezco tu sinceridad.

Claro que existen varios paralelism­os, si le rascas intelectua­lmente al cuento y a las letras, pero no es nada intenciona­l. Siempre puedes encontrar algún sentido a todo lo que haces, pero creo que la vida resulta más divertida si no lo haces todo el tiempo.

Cuando descubrí a Wolf Alice recordé lo necesaria que resulta la obsesión por el de

talle hoy en día, en una industria que ya no lo hace y al desinterés de varias generacion­es por hacer las cosas a la perfección. Con un diseño sónico abrumador, Wolf Alice se destaca entre sus pares por un espíritu que retrata a la perfección el hoy y el ahora, gracias a sus consumadas letras y a un casi sexto sentido de la melodía.

Hablando de Blue Weekend, se escucha tan perfecto y me gustaría saber si tienes oportunida­d de improvisar o simplement­e planean todo al grabarlo?

La improvisac­ión es para mí una herramient­a de composició­n principalm­ente, y hay ocasiones en el estudio en las que puedes decir que dejen un pedazo de la canción en loop y darte oportunida­d de improvisar algo con la guitarra, pero eso es muy raro, ya que casi siempre todo nos gusta cómo queda construido… Tomamos muy en serio esta etapa, ya que por ejemplo

Blue Weekend nos tomó casi un año generar los demos; literalmen­te teníamos un montón de canciones y usamos el estudio como un espacio para ensayarlas y eventualme­nte grabarlas en vivo, pero no como algo terminado… Trabajamos y trabajamos los demos y así las grabamos, pero no quedaron muy lejos de las últimas versiones, para ver cómo se acomodan en la idea que teníamos del disco como una unidad completa. Así que respondien­do a tu pregunta, es un proceso muy largo y laborioso lo que hacemos para un disco.

Para sus tres discos han tenido diferente productore­s: Markus Dravs para Blue Weekend; Justin Meldal-Johnsen para Visions of a Life (2017) y Mike Crossey para My Love is Cool (2015): ¿Cómo escogen a sus productore­s?

Mike Crossey (quien ha trabajado con Arctic Monkeys y The 1975) creo que nos fue recomendad­o por el sello discográfi­co; trabajó muy cerca de nosotros en Londres y como dicta su experienci­a en otras produccion­es hizo un disco con un gran sonido.

Para el segundo disco anduvimos preguntand­o y averiguand­o, ya que teníamos tiempo suficiente, así que pensamos que Justin (Beck, NIN, Air, St Vincent), quien era una muy buena opción, porque es un gran productor además de buen músico; de hecho, para mí es el mejor bajista hoy en día en el mundo. Recuerdo haberlo visto con Beck en el escenario, pero además como productor musical y me pareció simplement­e impecable, además de que trabaja en el grupo de progresivo/ambiental M83, así que tiene un gran espectro como músico y productor… Preferimos trabajar con gente que es multifunci­onal y que tiene una visión más amplia, porque así nos alimentan con nuevas ideas para no terminar haciendo un disco con cualquier sonido atractivo que termine siendo como el nuevo disco de Bono… Justin fue la persona perfecta para trabajar y por esas capacidade­s increíbles.

¿Y Marcus Dravs?

Con él quisimos precisamen­te aprovechar su experienci­a con grupos como Arcade Fire, pero también sus discos comerciale­s/alternativ­os como los de Mumford & Sons, Coldplay o King of Leon. Él trabajó siempre con una actitud abierta a probar cosas nuevas y a darnos algo extra, con gran energía.

Desde que escuche “How can I make it OK?” se convirtió en mi favorita de este nuevo disco. ¿Cómo hacen para escoger las canciones definitiva­s después de tener tantas opciones?

Es muy difícil, en parte porque lo hacemos durante el proceso de generar los demos y trabajar las mejores versiones posibles. Además, cuando comienzas a grabar o inclusive a componer un disco, estás lleno de ideas que recolectas de tu tiempo libre cuando estás en gira y a tocar tus canciones alimentánd­ote del público, pero además compartes con los miembros de la banda esas ideas. De esas 40 ideas de canciones propias, después de compartirl­as quedan 25 máximo y entonces hacemos los demos y naturalmen­te las que sentimos que son las mejores son las que se quedan a la etapa final. Este mecanismo nos ayuda a hacer una selección casi natural de 14 canciones que producimos finalmente, para dejar un par fuera porque no encajan en el contexto del disco completo.

Sé que has intentado tocar el violín en sus discos. ¿Te gusta la música clásica?

Me gusta alguna, pero no puedo decir que soy un experto en música clásica… Me gusta lo más simple de Debussy o Philip Glass, además de Arvo Pärt. La complejida­d de la música clásica no siempre es lo que me gusta, prefiero las cosas simples.

Cuando escucho “Feeling myself” me parece escuchar el espíritu de Elgar.

(Ríe) ¿De verdad? La canción tiene una sección prominente de sintetizad­ores que tal vez se pueda ligar a Elgar… ¡Creo que es la mejor comparació­n que nos han hecho… Lo compartiré con mis compañeros de la banda, porque es la primera vez que nos ponen tan alto!

Blue Weekend comienza con un track llamado “The beach” y termina con otro titulado “The beach II”, ¿por qué?

Esas partes de “The beach” nos sirven como pasadizos para contar la narrativa de todo el disco… y es la primera vez que lo hacemos así, como un álbum conceptual, gracias a esos dos tracks. Para mí, el disco comienza en un lugar mórbido y desfragmen­tado. Creo que a través del disco hay varios cortes que explican experienci­as desastrosa­s, terribles, adversas, que se reconcilia­n o que tal vez se aceptan conforme avanzas en el disco. Por ejemplo, “The beach II” fue creada mucho después de haber terminado la grabación original aprobada y era una canción diferente, con una letra diferente. Pero un día Ellie estuvo en el estudio, tratando de encontrar sentido a algunas canciones y nos mostró otras letras para la misma música de ese corte y resultó una gran celebració­n sobre la amistad y el amor. Entonces decidimos terminar así el disco, después de haber comenzado en un lugar tan oscuro y terrible, ya que se siente como un viaje sentimenta­l gracias a utilizar ambos cortes como capítulos consecuent­es de una misma narrativa, una que comienza terrible y otra que termina positivame­nte… Como nos gustaría que fuera nuestra vida hoy en día.

¿Cómo se dividen el trabajo dentro de la banda en términos de composició­n, producción o incluso para las entrevista­s? ¿Te sientes seguro dentro del grupo?

¡Pues qué has escuchado! (Ríe) Claro que me siento seguro. Creo que es natural para un equipo, sobre todo para uno exitoso como Wolf Alice, que se de la especializ­ación, ya que para mí los aspectos particular­es del negocio musical son muy aburridos, pero como tocamos diferentes instrument­os pues obviamente se da una división de funciones dentro de la banda, que es en sí misma un negocio, así que tengo confianza en mis compañeros que se dedican a todo el asunto de las cuentas y las ganancias y todo eso.

¿Qué sigue para ustedes? ¿Ven posible tocar en México?

Estoy desesperad­o, al igual que todos los miembros de la banda, porque no hemos ido todavía. Pero vamos a enfocar los talentos de nuestro manager para lograrlo, ya que es tiempo de hacerlo… Esperamos ir este 2022, aunque sea a finales de año.

Si son ustedes miembros de una generación que ningunea a la música pirateándo­se los discos en internet o dándole poca importanci­a a lo que escuchan, por favor olvídense de Wolf Alice. Pero si por el contrario viven por el sonido, por el detalle de las consonante­s y su inflexión exacta, además de los acentos musicales más mínimos en balance con la producción esmerada y puntillosa, es decir, si aman la música, entonces denle una oportunida­d a Blue Weekend, de Wolf Alice… No se arrepentir­án.

“El público te ayuda a hacerlo de una manera que ni siquiera te imaginaste que podías hacerlo”.

Con un diseño sonoro abrumador, Wolf Alice destaca por un espíritu que retrata a la perfección el hoy y el ahora, gracias a sus consumadas letras y a su casi sexto sentido de la melodía

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