El Heraldo de Juarez

Mayo, el mes de la vida

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El antecedent­e de esta costumbre, se ubica en la antigua Grecia, donde el mes de mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fertilidad.

“Gracias en este día y en todos los días por la capacidad que me diste de recoger la belleza de la tierra, como un agua que se recoge con los labios, y también por la riqueza de dolor que puedo llevar en la hondura de mi corazón sin morir”. Gabriela Mistral

De acuerdo a los especialis­tas, mayo es el mes de la celebració­n, precepto que surge de la observació­n del paisaje; referido a una de las letras calificada como la más antigua y sagrada, que es la letra “M” la cual simboliza a la sabiduría y al agua, donde surge toda forma de vida en el planeta.

Yme refiero a lo sagrado, por una de las celebracio­nes que tenemos los mexicanos, que es el “El día de las Madres” el más importante en este mes de mayo. Es por esta razón que la palabra “madre” está asociada con la letra M, en todos los idiomas, ejemplos: Madre, Mare, Mère, Mae, Mother, Mutter, Moeder, Mor, Mathair, Mamm, Matb, Matka, Majka o Motina.

El antecedent­e de esta celebració­n en nuestro país, fue propuesta en 1922, por Rafael Alducin, quien fuera fundador de un periódico en la Cd de México.

En ese tiempo el presidente Álvaro Obregón y el secretario de Educación; José Vasconcelo­s, quedaron complacido­s con la propuesta, así que el 10 de mayo de 1922, quedo establecid­o como el arranque de esta celebració­n.

Recordemos que en los últimos siglos el rol de la mujer, ha estado vinculado a ser devota esposa y una sacrificad­a madre; pero no siempre por una vocación, sino más bien por imposición cultural y machista.

También se consideró el mes de mayo para esta celebració­n, por ser el mes consagrado a la Virgen María.

El antecedent­e de esta costumbre, se ubica en la antigua Grecia, donde el mes de mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fertilidad.

Pero estimado lector, podría ser que usted tenga en la memoria, el recuerdo de aquella mujer que le dio la vida, y ya no está presente. Con toda seguridad es que muchos como usted, así como un servidor; tan solo tenemos en el recuerdo de esa gran mujer que nos enseñó a caminar, y a enfrentar la vida.

Posiblemen­te haya días sin fecha, para deletrear palabras, que se anudan en la garganta y con el pensamient­o quisiéramo­s elevar una plegaria.

[…Descubrir el eco de tu voz y descifrar sus secretos en fértiles praderas, allá donde se orquestan las líneas laminares del viento, aquel que se pavonea en los misterioso­s y profundos cielos.

Matices de un universo que lentamente continúa transformá­ndose; mientras las aves pintan y cantan al amanecer de este día.

Un día sin fecha, sin nombre y sin ocupar un espacio en el calendario; tan solo es un día del mes de mayo, que arroja el murmullo de la floresta, del color de las flores de primavera, del viento ligero del norte y el arrullo del colibrí, aquel que se inclina frente a Venus.

Planeta nacarado, impregnado del color de la vida, que canta suspiros cuando respiras, que canta mientras la mente se apasiona por las emociones.

Planeta que se muestra solitario y al mismo tiempo solidario, por el sollozo que nos invadió, cuando dejaste de respirar, el fuego de una estrella lejana naufragó y dejo de brillar, cuando emprendist­e caminar por un sendero de luz.

Líquida luz en azul, invade el corazón cuando estalla y forma perlas de plata, mientras la noche surge y se levanta; ahí donde todos nos sujetamos, en hilos que cuelgan en la profundida­d de la noche.

Porque más allá del Trópico de Cáncer, y el jilguero se empecine, en la enramada de un árbol, contemplar­emos los colores tersos de un horizonte.

Allá precisamen­te hasta donde alcanza la vista, para fraguar las cuerdas sonoras del arpa, que nos reúne a todos como familia.

Mayo, mes de la expresión, del verso que vibra con celeridad, de la fascinació­n de sentirse alimentado por el amor de una madre.

Será el momento del hechizo y la ilusión del pinabete, aquel que alimenta el arroyo; ahí donde crecimos todos.

Cálidas semillas de vida, cambiaran el paisaje en otro tiempo. Mientras tanto será un misterio, que celosament­e guardo en la palma de la mano, pero también el recuerdo de Angelita, mi madre ausente, a quien recuerdo a través del pensamient­o; pero también con las palabras, antes de que la memoria se desvanezca y se convierta en presa del Alzheimer…]

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