Las ovejas sienten en su alma una tristeza mortal, agonizan sin esperanza
Recién publiqué un short en You Tube, titulado “Un escenario del primado de Pedro en Jerusalén”, puede buscarlo en internet con este nombre. En dicho contexto el apóstol, recibe de Jesucristo, la encomienda del liderazgo que lo caracteriza como la piedra donde Jesús edifica su iglesia. El contenido de este video, refiere el lugar dónde Jesús le cuestiona en tres ocasiones a Pedro si él, lo ama; el discípulo responde – Señor, tu sabes que te amo – .A continuación detallo el dialogo entre ellos.
Del santo Evangelio según san Juan 21, 15-19: después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas». El Señor interpela lo mismo tres veces a Pedro, tal como lo expresé al inicio de este escrito. En el dialogo entre ambos, Pedro responde lo mismo. Él, no se imagina la responsabilidad, el compromiso y la dimensión de su afirmación, ya que; en la reciprocidad de amor a su maestro va implícito el sacrificio de su propia muerte; todo esto, por “amor a las ovejas junto con la promesa de apaciguarlas”. Dios está gritando: las ovejas sienten en su alma una tristeza mortal, continuamente viven angustiadas, en oscuridad, decepcionadas, desesperadas, atormentadas, tienen miedo, tiemblan de impotencia, están enojadas, muy enojadas; en ocasiones ya no quieren vivir, agonizan sin esperanza.
Jesús de igual manera nos cuestiona a cada uno de nosotros - ¿Me amas? Si me quieres por favor apacienta mis ovejas. Resulta fácil prometer o decir “te amo”, pero es muy difícil mantenerse en la congruencia de tal responsabilidad. La propuesta del maestro es muy honda, conlleva aceptar el morir al “yo”, tal como lo realizó Jesús, con su ejemplo cotidiano evangelizador y en la cruz. -¿Estás dispuesto a morir (a tu vanidad, soberbia, odio, protagonismo, venganza, falta de perdón etcetéra) para corresponder al pastor de las ovejas, aún más; para cuidarlas, educarlas, comprenderlas, aceptarlas, perdonarlas, redimirlas. Los corderitos están representados en (tu esposa, tu esposo, tus hijos, hermanos, tus padres… ) quienes viven; angustiados, algunos con ataques de pánico, desesperados; sin ganas de vivir y más. Usted y yo podemos hacer un precioso equipo con los pioneros de este proyecto de llevar a las ovejitas, a las fuentes de agua tranquila, a praderas donde repose su alma. Para beber de un manantial donde no volverán a tener sed, orientarlas a la luz y a la verdad esplendorosa con Dios. La recompensa para ellas y nosotros es Paz interior y “la Gloria” en libertad de espíritu.
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