Dice Obispo `perdonar'; no aclara qué pasó
CHILPANCINGO.- El Obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, aseguró que no presentará denuncia por la violencia que sufrió hace casi dos semanas al ser presuntamente secuestrado y drogado en Morelos, por lo que pidió que se respete su decisión.
“Con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación”, dijo el prelado en un comunicado.
“En ejercicio de mis derechos constitucionales, no presentaré ninguna denuncia contra las personas que me han hecho tanto mal”.
Luego de que el lunes 29 de abril se denunció ante la Fiscalía de Morelos la desaparición del Obispo y de que ese mismo día apareció internado en el Hospital General “José G. Parres” en Cuernavaca, las autoridades estatales han caído en una serie de contradicciones sobre el caso.
La versión que dio la Fiscalía de Morelos fue que el prelado aparentemente sufrió un secuestro exprés. Pero el comisionado de Seguridad Estatal de Morelos, José Ortiz, dijo que Rangel entró por su propio pie a un motel acompañado de otro hombre. La Fiscalía de Morelos acusó a Ortiz de violar el debido proceso. A 11 días de los hechos, el prelado señaló que por su edad lamentablemente su salud está en condiciones desfavorables.
Al respecto, el Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro, dijo que Rangel todavía no puede hablar. “Está bien, está todavía bajo el efecto de tremendas drogas que le han dado. He hablado con él y no puede articular bien las palabras”, dijo en entrevista a medios. Rangel presumía los diálogos que tuvo con los líderes de Los Ardillos y de la Familia Michoacana.