DIVERSIÓN Hecha Terror
ESTE FIN DE SEMANA LLEGA A CARTELERA “EL EXORCISMO DE DIOS”, UNA PRODUCCIÓN ESTADOUNIDENSE FILMADA EN MÉXICO
Hacer terror en América Latina y que tenga el mismo impacto que el de una cinta de Hollywood, es difícil, por las limitaciones de presupuesto para lograr efectos especiales, al menos esto es lo que opina el director Alejandro Hidalgo, quien logró traer una producción estadounidense a México para filmar El exorcismo de Dios.
“Estamos limitados en infraestructura, pero es justo lo que nos permite sacar la parte audaz como creativos. En esta historia teníamos escenas de terror y de acción complicadas a nivel de cámara y efectos, pero creo que la pasión es lo que nos mantuvo de pie hasta el final y se siente en la película”, afirmó el cineasta venezolano.
Hidalgo es conocido a nivel internacional por el largometraje La casa del fin de los tiempos, el filme de terror más visto en su país hasta ahora, ni El Conjuro ha superado su récord y de hecho está en negociaciones para hacer una versión en Estados Unidos.
En esta nueva historia cuenta con el respaldo de una compañía norteamericana y quería rodarla en su país, para mostrar un poco de la crisis humanitaria que se vive en Venezuela, pero le fue imposible. Poco después encontró en México un lugar con locaciones adecuadas para el trabajo.
FAN DE DEL TORO
El exorcismo de Dios es un trabajo inspirado en el cine clásico y contemporáneo del género, con propia originalidad al contar con símbolos de la cultura y religión utilizados de una manera aterradora y que confronta al público con impactos emocionales de terror y diversión, pero al mismo tiempo, llevándolos al conflicto humano, muy al estilo de Guillermo del Toro, uno de sus cineastas favoritos.
Hidalgo tiene presente que como latinos deben resolver cualquier situación, que termina siendo divertido. Como una escena de Magali (Irán Castillo) en la que es poseída y al levantarse la cama salen objetos volando. Para este efecto primero usó catapultas, pero arrojaban las cosas al mismo lugar, por lo que terminó con dos docenas de personas quienes aventaban los objetos.