FEMTECH, DIGITALIZANDO LA SALUD DE LAS MUJERES
búes y el desconocimiento sobre nuestros cuerpos, y a disminuir el acceso oportuno a las alternativas clínicas. Ante estos retos, las innovaciones tecnológicas pueden facilitar la prevención, el diagnóstico, y el tratamiento de padecimientos, así como el entendimiento de procesos naturales que, como mujeres, nos afectan, como la menstruación, embarazo o la menopausia y pueden ayudarnos a estar más sanas. A estas herramientas digitales, enfocadas a conservar la salud femenina, que incluyen softwares, ropa, dispositivos, servicios y otros, se les conoce como Femtech.
Este término fue acuñado, en 2016, por la emprendedora danesa, Ida Tin, cofundadora de Clue, una aplicación gratuita orientada a promover el autoconocimiento y empoderamiento de sus usuarias, a través de descripciones personalizadas y precisas sobre su ciclo menstrual. Como el ejemplo anterior, actualmente, podemos encontrar una amplia oferta de innovadoras soluciones de este tipo. Por mencionar una de ellas, en Hong Kong, desarrollaron un monitor inteligente y portátil en forma de parche llamado Cyrcadia que, al conectarse a una computadora o aparato móvil, puede medir la alternancia de los cambios térmicos en los senos cuyo análisis de datos permite detectar signos tempranos de cáncer de mama. Esta industria tiene muchas posibilidades de expansión para abonar en la construcción de un sistema médico más inclusivo, pero adaptado a la diversidad social, en el cual, para el caso del sector femenil, se brinden respuestas acordes a nuestras necesidades, seamos escuchadas como pacientes y se vele por nuestro cuidado integral.
A propósito de los días mundial de las telecomunicaciones y de la sociedad de la información, e internacional de acción por la salud de las mujeres, 17 y 28 de mayo, respectivamente, traigo a colación lo dicho por la ingeniera biomédica mexicana, Andrea Siller, quien afirmaba que la revolución tecnológica sanitaria será posible cuando ayude a garantizar este derecho fundamental y cuando se desarrollen productos que sean útiles y benéficos no solo para nosotras, sino para la población en general.
“Esta industria tiene muchas posibilidades de expansión para abonar en la construcción de un sistema médico más inclusivo”.