REIVINDICACIÓN POLÍTICA
Como mujeres, la lucha por la defensa de nuestros derechos ha sido una incansable constante. En mi caso, provengo de un estado en el que se ha minimizado a las mujeres.
Desde muy joven tuve la oportunidad de trabajar con una asociación que ayudaba a mujeres y niñas indígenas, y ahí descubrí que, si nacer mujer en México es un reto, nacer mujer e indígena es una condena a la marginación.
Descubrí que, como mujeres, era necesario escuchar y atender nuestras necesidades, ideas, inquietudes y con ello generar alianzas entre nosotras que nos permitieran valorizarnos y protegernos unas a otras.
Gracias a la implementación de la reforma constitucional conocida como Paridad en Todo para los cargos de elección popular que se aplicó por primera vez en el proceso electoral de 2021, se logró en la LXV Legislatura una composición del Congreso de la Unión paritaria, con 50% hombres y 50% mujeres, tanto en la Cámara de Diputados, como en el Senado.
Así podemos afirmar que la Cuarta Transformación de la vida pública de México, también ha sido una transformación para las mujeres, hoy hay mujeres que están en lugares donde antes era impensable que estuvieran.
Muestra de ello es el primer gabinete paritario, que desde el inicio de esta administración marcó la política que seguiría durante su gobierno el presidente López Obrador, con una visión a futuro para recortar la brecha cultural que impedía a las mujeres ocupar los espacios de toma de decisión.
El primer gabinete paritario rompió techos de cristal en muchos aspectos, pero principalmente en dos secretarías que no habían sido lideradas por mujeres: Gobernación y Economía.
Hoy, de las 16 Secretarías de Estado, ocho son ocupadas por mujeres. También podemos hablar de que, en septiembre, habrá nueve gobernadoras, además de que somos también las mujeres quienes encabezamos las decisiones en la Suprema Corte de Justicia, la Secretaría de Seguridad Pública, en materia de política interior en Gobernación, o incluso en el Instituto Nacional Electoral.
Y es que esto debe ser así, los derechos de las mujeres se ejercen, no son negociables, los espacios para las mujeres se toman, no son concesiones. Esta lucha por la igualdad se da en todos los espacios sin duda.
Esta lucha histórica nos lleva al próximo proceso electoral del 2024, donde México tendrá la posibilidad de elegir a su primera mujer presidenta y con ello consagrar a las miles de mujeres que con su lucha nos tienen hoy acá.