DESPUÉS DE APARECER EN INGLÉS,
EL CÓMIC DIEGO RIVERA DE JOSÉ LUIS PESCADOR Y FRANCISCO DE LA MORA LLEGA A MÉXICO PARA CONTAR LA VIDA DEL MURALISTA MEXICANO
l pequeño Diego todavía no tiene seis años, inquieto como todos los niños, trepa un mueble de su casa en Guanajuato y garabatea los muros. El dibujante José Luis Pescador (CDMX, 1979) ha querido jugar con la idea de una inquieta criatura que, de alguna manera, prefigura su futuro como uno de los principales muralistas mexicanos. Vivaz, observador, atrás de un padre periodista que lucha
EEn el cómic aparece su relación con artistas como Picasso y Braque.
O70
AÑOS TENÍA EL PINTOR, AL MORIR EN 1957.
1946
CREÓ UN MURAL EN EL HOTEL DEL PRADO. contra el conservadurismo de una ciudad provinciana de fines del siglo XIX, así es el Diego Rivera en la infancia que Pescador, junto con el guionista Francisco de la Mora (CDMX, 1978), presentan por primera vez en cómic.
A la manera de otras duplas del género como Uderzo y Goscinny (creador del mítico Astérix), De la Mora y Pescador han desplegado su maestría para embarcarse en una tarea titánica: llevar a las viñetas la trepidante y apasionante vida del pintor. “Nos tardamos seis años en realizar el cómic de Diego Rivera y quisimos hacerlo retomando su estética, a través de acuarelas”, dice el ilustrador. Aparecido primero
La edición mexicana va acompañada de una línea del tiempo.
OGrijalbo es el sello que lo publica.
Oen inglés en Reino Unido, Diego Rivera llega ahora a México bajo el sello Grijalbo.
Si bien el cómic arranca en el lecho de muerte del muralista, quien se reencuentra con la imagen de Frida Kahlo, el trabajo está enteramente dedicado al muralista. “De alguna manera, él también hacía cómic porque los murales son historias completas, nosotros quisimos recrear, a su vez, su
El título culmina con un encuentro simbólico entre Diego y Frida Kahlo.
OPlasmó piezas de alto contenido político y social en edificios públicos.
Ovida, como si fuera un espejo; además, tiene mucho de mítica y de fabulosa porque es un hombre mitómano que se creó a sí mismo una imagen”.
Los autores van eligiendo episodios que les parecen trascendentales en la creación del artista. Cada viñeta es una acuarela que va mutando en diferentes estilos de acuerdo con el momento que vive Rivera: el estilo de José Guadalupe Posada, de José María Velasco o del propio muralismo: una impresionante y detallada lámina a cuatro páginas se despliega para recrear, por ejemplo, el mural del arco central de Palacio Nacional.
“Era un rebelde, pero su rebeldía política fue la menos importante; fue un hombre de su época, un convencido del comunismo, pero su rebeldía más importante está en lo artístico. El muralismo que inició con Rivera es su verdadera revolución, su legado, recuperar los muros para hacer pintura”, señala De la Mora.
Su obra está catalogada como Monumento Artístico de México.
GUIONISTA
O