ARTE POR EL MUNDO
ron en un icono de la plástica mexicana al inicio del milenio. Con una selección de esas piezas, la artista interviene ahora una de las calles más emblemáticas de Nueva York: a partir del 22 de marzo expone
Huellas para recordar (Traces in Order to Remember), una selección de cinco esculturas de gran formato que ocuparán un tramo de Park Avenue, entre las calles 81 y 83, en las inmediaciones del MET.
La exposición cuenta con el apoyo de Fundación Grupo Andrade y Heraldo USA. Huellas para recordar, señala María Cristina Mieres Zimmermann, vicepresidente de Desarrollo Cultural y Social de Heraldo Media Group, “nos invita a reflexionar sobre temas de profunda relevancia como la migración y el cambio climático. Destaca cómo el arte puede impulsar el cambio positivo, fomentando la compresión y empatía hacía estas realidades complejas”.
Las obras remiten “al tránsito, a la movilidad, a la migración, a toda esta población que muchas veces es negada, que es clasificada como indeseable y que sirve como argumento, incluso, de la selección de los políticos para segregar en las elecciones. Estas llantas, que son parte de vehículos que reciclo, están grabadas y rellenadas con hoja de oro y de plata, con iconografía prehispánica, como una forma de visibilizar, de dignificar la herencia ancestral de miles de mexicanos y latinos, de todas esas huellas que han dejado tantos trabajadores que muy arduamente han logrado cruzar y han logrado trabajar”, explica Romero.
La invitación llegó a través de la comisión de parques y jardines de
Nueva York, la curadora Julia Herzberg seleccionó las piezas: la más antigua de ellas es Guerreros en cautiverio de 2007, después le sigue Sellos de luna (2010) y
Del otro lado de la pista (2017). La intervención se completa con dos esculturas inéditas, elaboradas entre 2022 y
2023, y que fueron tituladas De caucho y serpientes emplumadas y Guerreros en cautiverio III. “En 2000 empecé a reciclar las llantas, que están hechas de caucho, un material que proviene de Mesoamérica y que era utilizado de forma ritual en el juego de pelota; en este caso lo resignifico en forma de rodillos de impresión, emulando sellos que recuperan iconografía prehispánica a través de grabados que hago muy lentamente en contra de la velocidad. Están hechos recordando y reproduciendo la fuerza de grabarse en lo borrado, en lo que ya fue usado, a través de las llantas y recuperando la memoria de lo que ya se ha borrado y se ha dejado atrás a partir de la sobrevaloración de la velocidad”, explica.
Romero ha realizado más de 100 exposiciones individuales en los cinco continentes y su obra forma parte de colecciones públicas y privadas.