PISA, SIEMPRE SÍ
¿El presidente se habrá dado cuenta que esta prueba permite poner en relieve los aciertos y falencias de nuestros programas educativos?
l Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) es un proyecto configurado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que consiste en una muestra representativa entre los alumnos que llegan al final de su etapa escolar obligatoria (aproximadamente 15 años) para evaluar de manera estandarizada el desarrollo de los estudiantes en las áreas de lectura, matemáticas y competencia científica y sus resultados podrán incidir en la toma de decisiones para la implementación de políticas públicas educativas que más convengan a los países participantes. El objetivo de la prueba es evaluar a las y los estudiantes de cada país y, por ende, al sistema educativo, identificar si la implementación de los programas de estudio cambian dependiendo de la región, del aprovechamiento en los distintos estratos socioeconómicos, entre otros. El muestreo estandarizado permite observar situaciones en parámetros perfectamente limitados y emitir conclusiones generales acerca de un problema.
Para nuestro país, dicha estandarización se volvió estigma, ya que ahora pareciera ser una cuestión geográfica cuando se refiere a que “los mexicanos somos en matemáticas”, cuando dicha prueba no podría concluir en esa aseveración. Al contrario, la prueba PISA es precisamente para calibrar los programas educativos y poder enfatizar en distintos aprendizajes y demostrar que, en efecto, hay diferencias de aprovechamiento en las regiones o, que las alumnas habitualmente obtienen mejores resultados y que, aunque también se suponga como aseveración, la diferencia en los resultados entre una institución privada y una pública, son mínimas. La relación de la prueba PISA y nuestro país es muy estrecha, pues desde el comienzo del testeo en el año 2000, México ha participado en todas sus ediciones, siendo la de 2022 la peor evaluación obtenida, colocándose en el antepenúltimo lugar de las naciones de la OCDE y en el lugar 51 de 81 de los países evaluados. Es evidente que el periodo de confinamiento por COVID-19 afectó a toda la comunidad educativa y los resultados “eran de suponerse”.
Lo que también era de suponerse fue la descalificación de la prueba por parte del Presidente de México, señalando que PISA “es una prueba neoliberal”. Todo parecía indicar que México, no participaría en su edición de 2025, lo que sí sorprendió fue la postura de López Obrador, al decir que “sí participará, sin problema, todo lo que tenga que ver con la educación se apoya…”. ¿El Presidente se habrá dado cuenta que esta prueba permite poner en relieve los aciertos y falencias de nuestros programas educativos, también nos da acceso a las buenas prácticas de otros países y, la posibilidad de elevar los aprendizajes de todas y todos los estudiantes mexicanos? Tendremos que esperar a que la próxima presidenta acepte los resultados con raciocinio y mejore la educación en México.
E“Es una prueba neoliberal”, López Obrador
La prueba PISA es para calibrar los programas educativos