"SARTENES Y LAVADORAS" TRADICIÓN Y VANGUARDIA
DESDE TIEMPOS INMEMORIALES LAS MUJERES HAN PERFECCIONADO TODO Y LA GASTRONOMÍA NO SE ESCAPA
"El lugar de la mujer es en la cocina”; "Las mamás cuidan a los niños” frases típicas que reflejan un mundo que ya no es, afortunadamente, ha cambiado.
Hasta hace unos años los comerciales del 10 de mayo ofrecían como presentes lavadoras, licuadoras, y todos los enseres que le hacían más “fácil” la vida al ama de casa; a la madre de familia. Hoy, los anuncios y regalos han cambiado por perfumes, cremas y cosas que realmente son para que los disfruten nuestras mamás como personas, no como amas de casa.
El rol machista y patriarcal les dio a las mujeres las tareas de ser quienes recolectaban los granos, hierbas y frutos, ellas desarrollaron la agricultura, aprendieron de su entorno y compartieron esos conocimientos; crearon una simbiosis con muchos alimentos, como el maíz. Hace miles de años, fueron ellas quienes encontraron al teocintle, el antecesor del maíz; aquellas mujeres lo fueron “tapando” para evitar que cayera al suelo o los animales se lo comieran, esto dio consigo una simbiosis perfecta.
Al paso de miles de años el regalo de Quetzalcóatl, entendió que debía cubrirse y evolucionó hasta convertirse en la mazorca de maíz que está envuelta en capas de hojas y que es difícil de abrir.
En mi opinión, detrás de todo esto se encuentra la maternidad de nuestras Cocinas Mexicanas, el aporte que las madres han dado a las gastronomías mexicanas es incalculable; gestado con sus manos, cobijado con sus sentimientos y salpimentado con sus historias.
Desde tiempos inmemoriales las mujeres han perfeccionado lo que han tocado y la gastronomía no escapa de este hecho, a lo largo y ancho del territorio nacional las mujeres, las mamás, “las jefas del hogar”, “las patronas”, han cuidado y hecho rendir el gasto. Han creado las Cocinas Mexicanas desde el amor y la carencia, amor por la familia, por los hijos y carencia porque con “pocos” ingredientes, ya sea lo que hay en el traspatio, lo que se consigue en cada estación del año, lo que da la región geográfica, han desarrollado técnicas únicas, técnicas milenarias, llenas de sabiduría y tradición.
Es a ellas, a nuestras madres a quien hoy conmemoramos. Es en sus brazos donde encontramos refugio y serenidad. Son ellas las que se quitan el pan por sus crías, las que dan la vida, las que germinaron y hoy lo hacen donde quiera que se pongan, donde quiera que decidan.
Hoy, mañana y siempre mi mayor reconocimiento a la gran labor de ser madre, de cuidar, de proteger, de amar y de gestar.
EL APORTE QUE LAS MADRES HAN DADO A LA GASTRONOMÍA ES INCALCULABLE