Cambio climático y migración
Newsweek-México cabeceó en su edición digital del miércoles pasado que “El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, comentó ante la ONU que el cambio climático es uno de los factores por los cuales personas de Latinoamérica migran a EU”. ¿Será posible? Bueno, en realidad es al menos muy probable. Otra publicación digital, The New York Times, en su edición del 15 de abril de 2019, publicó un artículo en referencia a la migración de los campesinos de Centroamérica y no sólo de los trabajadores sino también de los productores (“agricultores”, diríamos aquí). Así que vale la pena husmear más a fondo en el tema y tomo como ejemplo a Honduras, el País que más migrantes aporta al paso vía México hacia los Estados Unidos. Según el Banco Mundial casi la tercera parte de la fuerza laboral hondureña trabaja en el campo y siendo la región especialmente vulnerable al cambio climático se anticipa que la migración de hondureños al Norte continuará masivamente en los próximos años aún a pesar de que Estados Unidos aporta decenas de millones de dólares de apoyo agrícola para paliar el impacto del cambio climático en la producción del campo. Pero, para colmo de males, el presidente Trump amenaza con suspender toda la ayuda económica a Honduras, Guatemala y El Salvador si no son capaces de reducir notablemente la migración a su País. La verdad es que de ocurrir así, esta medida traerá más desempleo en Honduras con la resultante mayor migración hacia los Estados Unidos, lógicamente vía México. Buena parte de la agricultura centroamericana se concentra en la producción de café cuyo cultivo es especialmente sensible a las variaciones atípicas del clima. Lo que ocurre allí es que las lluvias suelen suceder ahora cuando “no les toca”, totalmente fuera de ciclo, anticipándose o retrasándose para echar a perder cultivos enteros o favorecer con fatales resultados. De manera impredecible se están acabando granjas de cultivo enteras, los labradores desesperados tienen que buscarle por otro lado e incluso ya algunos propietarios de plantaciones han cruzado ilegalmente la frontera Sur de los Estados Unidos para trabajar en otros menesteres y enviar remesas a sus familias, cuando no son las familias enteras que lo han hecho. Leí el testimonio de una familia de productores de café que han comenzado ya su hégira a Texas; otros se han mudado a sitios más altos de la misma Honduras a comenzar cultivos alternativos en climas menos cálidos, lógicamente con menores resultados. Los pequeños agricultores centroamericanos ya no generan lo que hace dos o tres décadas. En una región al Oeste de Honduras los productores de café que eran 12 mil hace 10 años hoy son sólo 9 mil. Empresas como Starbucks y Lavazza apoyan financieramente la producción de café en la región para tener garantizados sus suministros, pero eso no es suficiente, claro. Una reciente encuesta de la ONU reveló que el 72% de los migrantes de paso por Tijuana eran hondureños y la tercera parte de estos provenía del sector agrícola forzados a emigrar en buena medida por el cambio climático. Carlos Peña Orellana, agricultor hondureño de 58 años y miembro de una cooperativa de café, lo dice todo en cuatro palabras: “El clima está loco”. La implicación moral del apoyo o no apoyo a los migrantes es más grave cuando su travesía es realmente forzosa, especialmente por motivos de un comportamiento inclemente de la naturaleza. Cuidado: No pasemos de ser socios a ser cómplices de los Estados Unidos en este asunto tan sensible.